SINOPSIS: En el verano de 1960, un médico alemán conoce a una familia trasandina que vive en la Patagonia, y se suma a ellos, en caravana, por la ruta del desierto. El viajero no es otro que Josef Mengele, uno de los criminales más grandes de la historia. Esta familia revive en él todas las obsesiones relacionadas con la pureza y la perfección. En especial Lilith, una adolescente con un cuerpo demasiado pequeño para su edad. La fascinación es mutua: en pleno despertar sexual, Lilith siente una inquietante atracción por ese forastero. Desconociendo la verdadera identidad del alemán, al llegar a Bariloche, Enzo y Eva lo aceptan como primer huésped de la hostería que poseen, a orillas del Lago Nahuel Huapi. Aunque el extraño personaje les genera a los anfitriones cierto recelo, progresivamente se verán seducidos por sus modos, su distinción, su saber científico y sus ofertas de dinero.
Hay películas que pasan por nuestros cines sin pena ni gloria, ya sea porque aparecen entre estrenos grandes o porque llegan en pocas salas, y por eso nos perdemos la oportunidad de verlas en pantalla grande y con un sonido envolvente, películas que después destacan y nosotros nos enteramos, luego, de que estuvieron en nuestro país.
¿Por qué les digo esto? Porque esta semana se estrena Wakolda, una película argentina, con influencias de Francia, Noruega y España, que además es pre-candidata para representar a Argentina en los Oscar 2014, como “Mejor Película Extranjera”. Y si no quedaron impresionados con eso, les puedo decir muchas cosas más.
Las actuaciones, mayormente sobrias, tienen el punto exacto para interesarte en la historia sin caer en lo dejado, lo que concuerda bastante con la época en que está ambientada y los aires que se respiraban en ese entonces. Destaca la intriga que se muestra en pantalla, con ese dejo de bondad que no sabemos (o más bien sí) qué esconde y que nos lleva a tratar de saber más y querer conocer el destino final de los protagonistas.
La influencia extranjera, mayormente europea, le da un tono distinto al que acostumbramos ver en el cine, más calmado, más apreciativo, y que, a pesar de ello, no dista tanto en el ritmo de los acontecimientos. Con pistas que van asomando a lo largo de la cinta y con acciones que te dejan pensando en si las puedes considerar éticamente correctas o no, vas pasando a través de la historia de una familia, que por mucho que lo intente, no puede quedar aislada de la sociedad.
Paisajes maravillosos, realidades que demuestran cómo se vivía tanto en esa época como en la Patagonia misma y la influencia alemana que existió en el sur de nuestro continente. Todo eso nos trae esta cinta, junto con una parte de la historia de Josef Mengele, uno de los criminales más grandes de la historia.
No se pueden perder Wakolda, traída a Chile por los complejos Cinemark, estará en 13 pantallas a lo largo del país. Una película que puede dar mucho que hablar y que no podemos desaprovechar.
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Director: Lucía Puenzo |
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