SINOPSIS: Un violador acecha a las mujeres en el cementerio de Antofagasta. Las víctimas declaran haber sido arrastradas al interior de un mausoleo por un sujeto de voz aterradora y que huele a muerto. Para encontrar al culpable es contratado el Tira Gutiérrez, único investigador privado de la ciudad que hasta ese momento solo se ha dedicado a resolver casos de infidelidades; un detective por correspondencia, ex minero que al verse desempleado opta por dedicarse a su pasión secreta: resolver crímenes. En este caso es asistido por la hermana Tegualda, una joven religiosa que, bajo su ropa de penitente, tiene más sensualidad y habilidades deductivas de las que ni ella misma se imagina.
No estoy acostumbrada a leer historias de Rivera Letelier, sin embargo, puedo decir que recomiendo a ojos cerrados La muerte es una vieja historia. Su historia es dinámica, te envuelve y te adentra en un mundo propio, con ese lenguaje a la antigua en la más cosmopolita de las ciudades, y en la época más actual de todas.
No puedes dejar de imaginarte a los personajes como esos detectives a la antigua, una pareja que, siendo lo más dispareja posible, encajan a la perfección. El Tira Gutiérrez, un detective al que se le escapan todas las pistas, todas las ideas, de esas personas que sin un compañero no sería nada, bastante caricaturesco a su propia manera. La hermana Tegualda, una mujer que no parece lo que es, que encuentra sin buscar y que siendo asistente parece la que lleva las riendas – como toda mujer que se precie de serlo –.
Facilita las cosas que esté escrito con capítulos cortos, con tres partes, puedes parar donde quieras, cuando quieras, es cosa de retomar la historia en un punto aparte y seguirás en ese mundo propio.
Un libro totalmente recomendado, recomendable para todos los que quieran pensar (e investigar), simple y directo, como la vida misma.