SINOPSIS: Joaquín es un hombre que está en silla de ruedas. Su casa, que conoció tiempos mejores, ahora es lúgubre y oscura. Berta, bailarina de striptease y su hija Betty llaman un día a su puerta respondiendo a un anuncio que puso Joaquín para alquilar una habitación. Su presencia alegra la casa y anima la vida de Joaquín.
Una noche trabajando en su sótano, donde repara computadoras, Joaquín escucha un ruido casi imperceptible. Pone la oreja contra la pared y se da cuenta que un grupo de ladrones está construyendo un túnel que pasa bajo su casa para robar un banco cercano. Joaquín vigila a los ladrones, toma notas, y logra conocer al detalle el plan del robo. Así comienza a ejecutar un plan contra reloj que le permitirá frustrar los propósitos de esta banda.
En nuestro país, generalmente, las películas policiales pasan sin pena ni gloria. Algunas son buenas y otras no tanto, pero igualmente siempre ha sido un género que llama la atención al público y que sorprende si lo manejan lejos de los lugares comunes que todos conocemos.
Al final del túnel es una cinta que atrae por su diversificación. Además de la base policial, el suspenso es clave durante todo el metraje, lo que no nos deja visualizar el posible desenlace.
La misma historia de Joaquín transcurre en un lugar encerrado que, a la larga, parece más una cárcel que una casa; con pasados a medias, puertas cerradas y un trasfondo un poco sórdido y oscuro se va entreabriendo de a poco el mundo de este hombre, quién vive una vida monótona hasta que irrumpen en su hogar una mujer, su hija y este enigma que encuentra en el sótano.
Desde ese momento todo avanza de manera veloz, el plan es contra reloj y su vida se precipita a descubrir qué está pasando, para luego armar un plan por su cuenta. Pero va a descubrir que no todo sale como se lo espera y los giros que toma la cinta se van sucediendo hasta llegar a un final que parece sacado de la más pura ficción, siendo este el único punto en que tal vez falla ligeramente la película.
Sin dudas, una cinta diferente a la que estamos acostumbrados, una historia llamativa que sorprende aún más durante su proyección y que los dejará a todos con la boca abierta, pensando en las pistas que se perdieron durante el camino y en si podrán verla de nuevo.
Director: Rodrigo Grande |