SINOPSIS: Zack Lightman se ha pasado la vida soñando. Soñando con que el mundo real se pareciera un poco más al sinfín de libros, películas y videojuegos de ciencia ficción que lo han acompañado desde siempre. Soñando con el día en que un acontecimiento increíble y capaz de cambiar el mundo hiciera añicos la monotonía de su aburrida existencia y lo embarcara en una gran aventura en los confines del espacio. Pero un poco de escapismo no viene mal de vez en cuando, ¿verdad? Después de todo, Zack no deja de repetirse que sabe dónde está el límite entre lo real y lo imaginario. Que sabe que en el mundo real nadie elige para salvar el universo a un adolescente con problemas para controlar su ira, aficionado a los videojuegos y que no sabe qué hacer con su vida. Y entonces Zack ve un platillo volante. Para colmo, la nave alienígena es igual a las del videojuego al que se pasa enganchado todas las noches, un juego multijugador de naves muy popular llamado Armada en el que los jugadores tienen que proteger la Tierra de unos invasores extraterrestres. No, Zack no se ha vuelto loco. Aunque parezca imposible, aquello es muy real. Y van a ser necesarias sus habilidades y las de millones de jugadores de todo el mundo para salvar la Tierra de lo que está por venir. Al fin Zack se va convertir en un héroe. Pero a pesar del terror y la emoción que lo embargan, no puede evitar recordar todas aquellas historias de ciencia ficción con las que ha crecido y preguntarse: «¿Acaso no hay algo en todo esto que me resulta… familiar?»
Si hay algo que sabe Ernest Cline es meternos dentro de un videojuego, ya lo vimos en Ready Player One, su libro anterior –el que, para que lo sepan, no tiene relación con este más que en la temática de juegos y las miles de referencias a lo que hoy se le denominaría cultura retro– y podremos seguir viéndolo en esta nueva entrega.
Pero, a pesar de sus semejanzas, no debemos esperar una réplica de esa historia; el protagonista es diferente, de hecho tenemos una gran presentación de él en las primeras 50 páginas, haciendo el inicio del libro un poco más lento de lo habitual, lo que, a la vez, nos sitúa en una realidad bastante cercana a la que podríamos encontrar en nuestro día a día.
El Zack que nos presentan es un joven ligeramente inestable, tiene muchos problemas con su pasado y no ve mucha proyección en su futuro. De hecho, su sueño ideal es que le pagaran por jugar videojuegos –lo que a muchos nos gustaría, por supuesto–, especialmente Armada, en el que se posiciona como número 5 a nivel a mundial… pero a partir de ahí todo se vuelve extrañamente real.
La historia mezcla un poco de conspiraciones, mucha cultura pop de los 80 sobre cine, música y libros; y videojuegos. Lo que genera dos cosas, una entretención absoluta para los fanáticos de la ciencia ficción y una especie de deja vú, en donde vemos muchas de las tramas que nos obsesionan entremezcladas en un solo libro… y peor aún –o mejor, no lo tengo muy claro–, nombradas directamente dentro de la trama haciendo que la relación sea obvia.
Si bien las expectativas son extremadamente altas debido a Ready Player One, el autor sabe cómo meternos en una trama. El hecho de meternos a un videojuego, que es altamente visual e instintivo, solo con palabras lo hace merecedor de un reconocimiento… si lo logra bien o no, va a depender de cada uno de ustedes.
Autor: Ernest Cline |