SINOPSIS: la hija menor de Mackenzie Phillips, Missy, fue secuestrada y asesinada salvajemente en una cabaña abandonada en los bosques de Oregon. Cuatro años después, Mack sigue arrastrando una gran tristeza, pero todo cambia cuando recibe una carta firmada por Dios en la que se le invita a ir de nuevo a la cabaña durante un fin de semana. A pesar de los muchos recuerdos que aparecen en su mente, Mack acaba frente a la puerta de esa choza en una tarde de invierno, volviendo a revivir su más oscura pesadilla. Sin embargo, lo que encuentra allí cambiará su vida para siempre.
La cabaña es una adaptación de un bestseller estadounidense del mismo nombre que ha vendido más de 6 millones de ejemplares en todo el mundo. Así que es lógico que se hiciera una adaptación cinematográfica de un éxito así. Dirigida por Stuart Hazeldine (Señales del futuro) un director sin mucha filmografía en su haber, pero protagonizada por rostros famosos del espectáculo como Sam Worthington (Avatar, Furia de titanes) y Octavia Spencer (Criadas y señoras, Figuras ocultas).
Un factor muy importante es el tema religioso, pues Mack (Sam Wortghington) venía de una familia cristiana en que el padre le pegaba a él y su madre. Luego, se casó con una mujer muy creyente, Nan (Radha Mitchell) y formó una familia. Sin embargo, su relación con Dios nunca fue de lo mejor por su decepción del pasado y por la “ausencia de Dios” durante esos años. Esto se ve acrecentado con la trágica muerte de Mizzy. Es este el hecho que desencadena una profunda depresión en nuestro protagonista que lo lleva, además, a despreciar profundamente a Dios pues lo culpa de lo ocurrido a su hija.
A lo largo de toda la película vemos que Papa (forma en que llaman a Dios, interpretado por Octavia Spencer) intenta demostrarle a Mack que no es su culpa y el proceso de superación y perdón, hacia él, su padre e incluso el asesino de Mizzy. No obstante, esto por momentos parece ser extremo. Abundan las frases profundas que no llegan a calar, por lo que terminan siendo algo superficiales. Entiendo que la idea funcionara muy bien como libro, porque sería algo como un libro de “autoayuda” y novela al mismo tiempo, ya que no es tan difícil que las dudas que Mack tiene también las hayas tenido tú. A lo largo del film vemos al protagonista hacer preguntas del tipo “¿Por qué Dios permitiría que una niña pequeña sufriera así? ¿Por qué no evita el dolor de las personas? ¿Qué clase de amor es el que ofrece?” y a la gran Octavia no respondiendo directamente sino que haciendo que el mismo Mack las descubra. Sin embargo, estos momentos no resultan como deberían, se sienten forzados y muy de libro de autoayuda, casi como frases de imagen inspiracional o comercial. El principal problema parece ser que se da todo en bandeja, toda la evolución espiritual y la aceptación vienen dadas y procesadas para los espectadores. No dejan nada a la imaginación o que quede dando vueltas en la cabeza.
La actuación de Sam Worthington pasa por altos y bajos, no me costó creer en su dolor o ira, pero sí en esos momentos de iluminación o en su amor renovado por Dios. Por otro lado siempre es un placer ver a Octavia Spencer en la pantalla, es igual de refrescante y entretenida. Aunque no resulta del todo novedosa en su papel gracias a la referencia de Dios que todos tenemos en nuestra cabeza con Morgan Freeman (Todopoderoso 1 y 2) y a la gran Whoopi Goldberg (Amor por siempre). Quien sí que mostraba una faceta interesante era Avraham Aviv Alush en el papel de Jesús, nos muestra a uno relajado, divertido y que dice, textualmente, que no quiere sirvientes sino que amigos. Creo importante destacar la actuación de Amélie Eve, quien a pesar de su corta edad demuestra un claro talento. En especial en su relación con Mack, la forma en que lo mira e interactúa con él hace creer en ese amor y adoración de una hija hacia su padre.
La cabaña si bien intenta ser un viaje espiritual para dejar una lección sobre el dolor y la pérdida por momentos termina siendo sobre explicativa y no deja a la interpretación, entrega toda la filosofía ya procesada sin permitirle al espectador hacerse sus propias ideas al respecto. Con buenas actuaciones y una fotografía atractiva es una película divertida para pasar el rato. Si alguien disfruta de películas sobre evolución y temas religiosos (sin ser controversial sino que todo lo contrario) es probable que se entretenga y emocione.
Director: Stuart Hazeldine
Elenco: Sam Worthington, Octavia Spencer, Tim McGraw, Radha Mitchell, Megan Charpentier, Gage Munroe, Amélie Eve, Avraham Aviv Alush, Sumire Matsubara, Alice Braga.
Año: 2017
País: USA
Duración: 2 hr. 12 min.