Luego de dos intentos anteriores –“Nostradamusi” del 2008 y “Redeemer of souls” del 2014 –de retomar el rumbo, los británicos de Judas Priest encuentran por fin este 2018 el camino de la gloria del heavy metal, el renacer absoluto luego de intentos fallidos y perdidos.
Desde el frenético riff de apertura de la canción homónima hasta la grandilocuente “Sea of Red”, el álbum “Firepower” transforma a Priest sonando a la mitad de su edad. Si no fuera por el estilo de entrega inevitablemente anticuado de Halford, incluso un metalero experimentado podría ser engañado al pensar que fue el primer lanzamiento metalero más excitante desde “Ghost”.
Y el mejor momento se produce a mitad de camino, con un instrumental conmovedor titulado “Guardians”, corto y preciso, precediendo a la destacada canción “Rising From Ruins”, que podría describirse como la más madura de la nueva era de Priest. Lleno de drama medido y con una interpretación vocal sorprendentemente sensible de Halford, el mensaje de la canción es rotundamente positivo y edificante.
Y esta madurez recae en darse cuenta de lo que es bueno y repetir la fórmula con resultado positivo. Porque lo que tenemos aquí son más canciones sobre violencia, intensidad, locura, apocalipsis, malvados acosadores de la noche y desastres naturales, como en el caso de “Lightning Strike”.
“Firepower” demuestra que, si bien no es mejor que los trabajos de la época dorada de Priest como “Sad Wings Of Destiny” o “Sin After Sin”, demuestra que todavía hay vida en este bulldog británico con cicatrices de batallas.