SINOPSIS: ¿Qué pasaría si un niño de otro mundo aterrizara de emergencia en la Tierra, pero en lugar de convertirse en un héroe para la humanidad fuera algo mucho más siniestro?
Los superhéroes han sido (y seguirán siendo) pasión de multitudes, aún más ahora que tenemos super producciones en el cine que los ponen en una vitrina aún mayor que los cómics para el mundo. Sin embargo, no todo puede ser luces y espectáculos, a fin de cuentas, somos humanos y todos podemos pensar en qué pasaría si alguno de ellos no sigue por el camino de la luz y “gira” hacia la oscuridad.
No podemos negar que es una tremenda idea, nuestra mente juega con las posibilidades y es muy sencillo hacer un juego eterno de luz y oscuridad. En el cine de superhéroes existen otros que puedan contenerlos, pero ¿qué pasaría si no hay nadie que nos proteja? Tal vez una de las mayores dificultades que tiene esta cinta es que todos nos hemos imaginado algo así, y es complejo cumplir las fantasías de muchos.
Por eso mismo es que uno de los puntos a favor que tiene es que el protagonista es aún un niño, un poco de control para esta súper idea que puede llegar a niveles incontrolables. No es de extrañar que la cinta tenga la connotación del terror (y la ciencia ficción), no hay nada más terrorífico que un niño “malvado” con un poder ilimitado.
Sin embargo todo este control es lo que también le quita fuerza, es una excelente idea pero que no es desarrollada al 100% y queda un poco coja en personajes y construcción de ideas. No se puede negar que está llena de suspenso y violencia, a su manera, equilibrada, con mucho sentido y justificada, sin llegar a ser grotesca.
Brightburn juega con una fantasía de masas: ver el lado oscuro de una fuerza incontrolable. Una cinta que logra mantener la tensión en el momento y el suspenso del terror, pero que saliendo de la sala se desmorona un poco por lo superficial de su argumento.
Director: David Yarovesky |