Serie: The Walking Dead Ep. 02

Desde este momento, y por una razón obvia, analizaré el resto de capítulos con comentarios plagados de spoilers, ya que no podemos comentar un capítulo nuevo sin enlazarlo con su historia anterior, así que están avisados todos.

Este segundo episodio tenía dos opciones muy comunes en las series: mantener o subir la calidad (e interés del espectador) del primer episodio, o caer en un pantano de originalidad y ser como varias que, luego de un series premiere espectacular, ceden a un segundo episodio opaco y sin nada de lo que alzó al episodio estreno.

Pues bien, podemos decir que “The Walking Dead” se mantiene en la primera opción, inclusive mejorando algunos aspectos valiosos sobretodo para una serie con un argumento tan arriesgado como el de un apocalipsis zombie (normalmente para eso basta una película de noventa minutos y estaríamos).

Habíamos quedado con Rick, nuestro protagonista, atrapado en el tanque, y una misteriosa voz le habla a través de la radio del vehículo. Con esto, ya el capítulo ofrece lo mínimo para mantener el interés en la serie: dinamismo. Vemos cómo llegan nuevos personajes, sin dejar de lado lo que pasa al otro lado de la historia, con la esposa de Rick y su “partner del año” Shane, y vemos cómo nuevamente se enlazan los dos mundos de forma más directa.

Este es un episodio cargado de suspenso, más que el anterior, lo que nos tiene en vilo durante sus casi cuarenta y cinco minutos de duración (sin contar comerciales, para los que la ven en Fox), los cuales pasan bastante rápido y nos dejan con muchas ganas de ver el tercer episodio a estrenarse hoy domingo en AMC (cadena que transmite la serie en USA).

No les mencionaré lo que ya sé que ocurre en el tercer episodio de la serie, y sólo les digo que esta es una serie que, si bien tiene su centro de atención en el escape de los zombies y aquellos planos magníficos de una ciudad devastada, posee muchos detalles que se dejan ver fácilmente con un poco de atención, como la secuencia en la azotea casi al final donde ocurren dos hechos “fortuitos” y no sólo uno como creen muchos.

Tampoco machacaré el hecho de que ya se puede notar la –para algunos- grotesca libertad que se ha dado Darabont (creador y guionista) al llevar a la pantalla el cómic, quien, aparte de modificar algunos hechos, ha agregado muchos elementos, personajes y situaciones que no están en las novelas gráficas de Robert Kirkman. Principalmente porque agradezco la serie y me apesta ponerla en la balanza con su idea original. Más que mal, el 90% de las creaciones para cine y televisión están basadas en libros, cómics, cuentos, etcétera. Sería ridículo juzgarlas centrándonos en el hecho de que son mejores o peores que éstos.

Con esto, y solo en dos episodios, “The Walking Dead” se posiciona con mayor fuerza en la parrilla de series, y encanta con un segundo episodio rápido, con suspenso y que no deja más interesados que en el anterior en saber qué ocurre más adelante con los personajes que ven cómo son ya la minoría en una ciudad plagada de zombies.