[Review de libro] Lecciones de química: una divertida historia que toca el tema del sexismo en los años 50 y 60

Lecciones de química es una de las novelas que más dio que hablar el año pasado, la primera obra de su autora, Bonnie Garmus, y la ganadora a mejor novela histórica en los premios Goodreads. Una historia que habla del difícil camino para las mujeres centrándose en los años 50 y 60 en Estados Unidos.

Elizabeth es el rostro de un famoso programa de cocina de la televisión, aunque no es lo que ella quería ser. Años antes partió como científica, pero la vida no es fácil para una científica en 1952. Le ha costado avanzar en sus estudios y ahora que está en Hastings no parece que todo vaya a ser más sencillo, sin embargo, conoce a Calvin, un científico tan brillante como ella y con una peculiar personalidad.

“Yo creo que la religión nos saca las castañas del fuego. Creo que nos enseña a pensar que en realidad no tenemos culpa de nada; que hay algo o alquien que tira de las cuerdas; que, al final y al cabo, no tenemos la culpa de cómo son las cosas; que para mejorarlas basta con rezar. Pero lo cierto es que sí somos responsables, y de mucho, de todo lo malo que sucede en el mundo. Y en nuestras manos está arreglarlo.”

El libro, el grueso de este, se sostiene por su protagonista y su peculiar personalidad. Elizabeth no solo es la protagonista sino que todo el eje en el que la historia gira, pues es su personalidad, su forma de ver el mundo y sus ideales los que provocan todo lo que le sucede, para bien o para mal. Elizabeth es una científica, lo tiene clarísimo, el problema es que es toda una lucha lograr que las demás personas también la vean como tal, está muy interesada en la abiogénesis, pero siempre le ponen impedimentos para que avance con sus estudios.

Calvin es un científico famoso con una gran reputación en academia, aunque una poco favorable con sus compañeros por su particular personalidad. Siempre le ha sido difícil relacionarse con otras personas, sin embargo, con Elizabeth no es así, es sencillo y natural y se vuelve su primera prioridad. La relación entre ambos es bastante linda, se ven mutuamente como iguales y compañeros. Por desgracia, no es sencillo que el resto del mundo los vea de igual forma.

“Todos somos seres humanos, tanto los hombres como las mujeres. Y como tales, somos producto del modo en que hemos sido criados, somos víctimas de sistemas educativos mediocres y elegimos nuestra conducta de forma voluntaria. En resumidas cuentas, que reducir a las mujeres a una condición inferior a la de los hombres, y elevar a los hombres a una condición superior a la de las mujeres, no es un imperativo biológico, sino cultural. Y arranca con dos palabras: rosa y azul. A partir de ahí todo se dispara exponiencialmente sin ningún control.”

Si bien es una novela que representa el sexismo y la discriminación de esos años, es una historia que se lee muy rápido y resulta divertida. La autora logró un interesante equilibrio entre los temas que trató y el tono con el que lo hizo, terminando en un particular humor e incluso con unas dosis de inocencia por las partes narradas desde los ojos de un perro o de una niña. Además, la representación de la realidad que tuvieron que vivir las mujeres en esos años ni siquiera es exagerada. Salvo la vida de Elizabeth y su familia, lo demás del contexto se apegó bastante a la realidad de la época.

Otra cosa interesante del libro es que mostró el ámbito universitario y el televisivo, hizo las denuncias en ambos casos, pero también demostró que siempre hay buenas personas. Dentro de lo mismo, no demonizó a los hombres, mostró buenos personajes masculinos que eran la prueba de que no se trataba del sexo, sino de qué tan buenas personas eran, como Calvin, Walter, Wakely y el doctor Mason. Ser buena persona no es un asunto de género, sino que de algo mucho más profundo.

“Sentir que no encajas es tremendo. Los seres humanos, por naturaleza, quieren encajar; formar parte de nuestra biología. Pero la sociedad nos hace sentir que nunca estamos a la altura (…) Todas esas varas de medir con las que determinamos nuestra valía (sexo, raza, religión, política, estudios), son inútiles.”

Por lejos la mejor parte tiene que ver con la etapa televisiva de Elizabeth, cuando tiene el programa de cocina, pero por sobre todo con el cómo empoderó a las mujeres, a las amas de casa, al no subestimarlas. Les habló de ciencia, las consideró capaces de aprender, de entender y aplicar todo lo que les enseñaba y eso fue poderoso, al no subestimar les entregó todo lo que necesitaban para descubrirse a si mismas capaces. Las mejores escenas fueron estas en las que Elizabeth les hablaba y las mujeres respondían a sus palabras.

Quizá el mayor problema del libro sea que terminó siendo demasiado perfecto en todos los sentidos, una trama que terminó de forma satisfactoria, mensajes moralmente acorde a los ideales actuales y una protagonista perfecta. Elizabeth puede ser descrista así no porque fuera hermosa y brillante, sino que por su forma moderna de ver el mundo y a las personas que la rodeaban. Incluso para estos años era una persona moralmente superior que aplicando su lógica en todos casos llegaba a siempre decisiones ideales. Todo esto provocó que el libro, desde un punto, dejara de sentirse como una historia cercana para ser una historia que observar a la distancia.

“Cuando pierdan la confianza en sí mismas, cuando sientan miedo, recuerden que la valentía es la raíz del cambio, y que los seres humanos estamos diseñados químicamente para el cambio. Así que cuando se levanten mañana, háganse la promesa. Basta de contenerse. Basta de suscribir opiniones ajenas sobre lo que pueden o no pueden lograr. Y basta de aceptar encasillamientos en categorías inútiles de sexo, raza, estatus económico o religión. No dejen que su talento permanezca latente, queridas espectadoras. Creen su propio futuro. Cuando regresen a casa hoy, pregúntense qué van a cambiar. Y luego pongan manos a la obra.”

Finalmente, Lecciones de química es una novela divertida y con un humor peculiar que toca temas importantes sobre el sexismo y la discriminación de géneros en los años 50 y 60. Con una protagonista única con sus ideales claros y que se guía por la lógica, que la acompañaremos en esta lucha por construir su carrera como química en un mundo que no le da muchas oportunidades.

Bonnie Garmus (Estados Unidos, 1957)-. Es directora creativa y ha trabajado en los sectores médico, educativo y tecnológico. Nacida en California, Bonnie Garmus reside en la actualidad en Londres con su marido y su perro 99. Garmus es de Seattle. Ha trabajado como redactora y directora creativa en Estados Unidos, Suiza y Colombia. En 2022, se publicó su primera novela, Lessons in Chemistry.