El Aprendiz: La corrupción del éxito

Llegó el día, al fin, llega a los cines la película que el mismo Donald Trump no quería que se estrenara bajo ninguna circunstancia en vísperas de las votaciones a la presidencia en EE. UU. Dirigida por Ali Abbasi, El Aprendiz se centra en el magnate mucho antes de convertirse en el hombre que todos conocemos. De primeras se nos muestra a un joven ambicioso que yace bajo la sombra de su padre y su negocio de bienes raíces con múltiples demandas. Una noche, Donald conoce a Roy Cohn, un controversial abogado con conexiones en el mundo de la política, quien decide ayudar a Trump con sus problemas legales y con su imagen, la cual, para sorpresa de todos, era la de un hombre honesto hasta ese entonces. Desde este punto vemos la transformación de Donald Trump cual montaje de makeover gracias a la ayuda de su nuevo y poderoso amigo, quien le enseña cómo conseguir lo que quiere a costa de chantajes y malversaciones. Emborrachado de poder y licor, Trump aspira a hacerse un nombre por sí mismo y cambiar el futuro de Nueva York al construir un majestuoso hotel de lujo en la Quinta Avenida, la cual era el vivo reflejo de la sociedad neoyorquina de los 70, un lugar desolado por la pobreza.

Las actuaciones en esta cinta son fenomenales, y no esperábamos otra cosa al ver que Sebastian Stan y Jeremy Strong son los protagonistas. Sebastian Stan consigue representar a Trump de una forma orgánica que no se siente forzada ni cómica, al contrario, se ve que hubo un estudio del carácter y las expresiones reales del sujeto en cuestión. Muchas veces se menciona en la película cómo el appeal de Trump está no solo ligado a su fama como empresario, sino que a su apariencia: Trump es un hombre rubio de ojos azules, “parecido a Robert Redford”, lo cual está estrictamente ligado al estándar ideal del estadounidense promedio. Una vez que Trump llega a las últimas fases de su corrupción moral, su apariencia se pone cada vez peor, lo cual es un simbolismo notable, aunque con Sebastian Stan como protagonista se nota que tuvieron que esforzarse por “hacerlo empeorar”.

La representación de Roy Cohn por parte de Jeremy Strong es impactante. El hombre al que vimos en Succession ya no existe, Jeremy consigue representar a un hombre completamente diferente tanto en complexión como en personalidad. Su apariencia lúgubre y personalidad despiadada son atrapantes, lo cual permite al espectador ver lo Trump ve en él para llegar a convertirlo en su mano derecha por un buen tiempo. También se nos introduce en esta cinta la vida amorosa de Donald Trump, la cual no está exenta de controversias y horribles historias a día de hoy, sin embargo, en esta oportunidad se nos muestra cómo Trump se enamora sin remedio de Ivana Trump, una modelo europea cuya personalidad radiante de independencia encandila al magnate quien no para de perseguirla hasta que consigue casarse con ella para tiempo después desecharla de la peor manera. A medida que vemos cómo el Trump novato genera vínculos, la película aumenta las apuestas gradualmente, comenzando así el tercer acto que muestra su ascenso y corrupción del yo en su totalidad.

El ascenso de Trump representa la ruina de aquellos que le ayudaron a conseguir el poder: su esposa Ivana es dejada de lado y brutalmente abusada (quizás la escena más controversial de la película la involucra a ella) y Roy, quien contrajo el SIDA, es ridiculizado por el mismo Trump una vez que este ya aprendió todas sus maniobras y ya no le necesita. Por un lado, El Aprendiz muestra el lado pintoresco de Trump a través de los medios de prensa, utilizando colores cálidos como lo son el dorado, color representativo del magnate por su cabello rubio y sus ostentosos edificios cubiertos de mármol y oro. Por el otro lado, en colores grises y una vibra más apagada, la cinta nos muestra la solitaria vida que Trump adopta, dejándose llevar por el alcohol y la incesante búsqueda de placer con otras mujeres solo porque puede. Su poder incrementa al nivel que pareciera que este se alimenta de su propia vitalidad, ya que la película se toma su tiempo para mostrarnos como su apariencia física de supuesto galán de Hollywood decae dando lugar al sobrepeso, la pérdida de su cabello dorado y la disfunción eréctil, lo cual es una representación acertada de lo que sería sufrir las consecuencias de conseguir y a la vez perder todo. 

El Aprendiz hace un trabajo excelente al ficcionalizar el ascenso y a la vez la corrupción de una figura pública tan reconocida como lo es Donald Trump. Arriesgada y atrevida, esta cinta no se abstiene de mostrar de forma cruda los detalles de cómo Trump se convirtió en la carcasa vacía del hombre sensato que alguna vez fue (si es que alguna vez lo fue en la vida real). Las actuaciones de Stan y Strong son fenomenales, personifican a sus personajes de una forma respetuosamente realista, y no se contienen al mostrar tanto el lado carismático como el oscuro de estos. La historia, aunque claramente retrata a personas que para muchos son terribles, no intenta tergiversar hechos de la vida real ni mucho menos enaltecer o arruinar la imagen de sus protagonistas, lo cual da lugar a la reflexión por parte del público, sobre todo ad portas de las elecciones estadounidenses. En Galadnor le damos un 9/10.