“Está vivo” es la cinta de terror de esta semana en nuestras carteleras, aunque tiene ya un par de años de existencia, aunque a poquísimos países llegó a la pantalla grande (en EE.UU. y Reino Unido llegó directamente al dvd), principalmente Asia y Sudamérica. Esta cinta es un remake de un clásico de culto “It’s Alive” (1974) del director Larry Cohen, quien ha sido guionista de muchos filmes más contemporáneos de suspenso, como “Phone Booth” (2002) y “Cellular” (2004); pero que es conocido por dirigir otra película de culto en 1985 llamada “La cosa”.
Esta versión renovada está dirigida por Josef Rusnak, quien posee en su filmografía una interesante película llamada “El piso 13”, donde mezcla suspenso y ciencia ficción con un guión muy en la onda de “Matrix”, del mismo año. Los papeles protagónicos están interpretados por Bijou Phillips -actriz, cantante, modelo-, quien ha actuado en “Hostal 2” (2007) y “Casi famosos” (2000) y James Murray (nada interesante que comentar en su filmografía).
El argumento es el mismo de la original setentera: Lenore (Phillips) está embarazada de su novio de toda la vida Frank (Murray), pero algo horrible sucede en la sala de parto donde el doctor y las enfermeras son asesinados dejando únicamente con vida a la madre y al recién nacido. No hay rastros del asesino y la policía trata de resolver este misterio. Cuando Lenore y Frank llevan orgullosamente al bello bebé a su hogar, la gente comienza a desaparecer. Mientras la naturaleza del bebe es revelada, Lenore tendrá que escoger entre el amor por su recién nacido y su familia. Una historia común y corriente ¿no?
La dirección: no he visto la original, pero si la encuentro por ahí me daré el tiempo de verla, no porque este remake sea bueno, sino para ver cuánta diferencia de calidad hay entre ambas. El argumento, difícil de digerir –salvo para los fans más acérrimos del género-, es aceptable en su premisa, pero la trama de toda la película cae con demasiados cabos sueltos. Hay vacíos en la historia que no se explican, errores temporales y caracterizaciones ridículas. Hay elementos del guión que simplemente rozan en lo estúpido. Los personajes son constantemente masacrados por acciones muy poco desarrolladas, emociones forzadas y diálogos carentes de credibilidad. Las actuaciones tampoco aportan mucho. Tanto protagonistas como secundarios no poseen chispa, no existe empatía entre el papel y el actor, lo que claramente se traduce en una total falta de empatía –e inclusive antipatía- de los personajes con el espectador. En muchas ocasiones la única emoción que roba la película es la risa.
Les recuerdo que es un filme “de culto” de hace cuatro décadas, y la verdad es que en la actualidad simplemente no funciona. Podemos tener mejores efectos especiales, mejor calidad de imagen y sonido, pero eso no basta si el guión no es terrorífico, o ni siquiera inspira un leve temor. Los únicos segundos donde uno se espanta –milésimas de segundo- es cuando hay un efecto de sonido que acompaña a una escena en la oscuridad o luego de un silencio sepulcral, lo que no es nada nuevo para el género.
No alargaré más esta crítica, así que les aviso que la película sólo la disfrutarán si: se reían con el Pera y el Salfate viendo Maldita Sea en Canal 2 o si realmente son amantes del cine de terror de culto, no el convencional. Y finalizo con una frase muy certera que vi en uno de los carteles de la película en un multicine de la capital: “El único problema es que… ESTÁ VIVO”. Y claro, el único problema es justamente ese, que está vivo. Pero el director.