Y seguimos con los estrenos. Este jueves también llegó a nuestros cines “Sangre y amor en París” (“From Paris with love”), la última película de Pierre Morel (“Distrito 13”, “Búsqueda implacable”) , protagonizada por John Travolta (“Pulp fiction”, “Contratara”, “Pelham 123”), Jonathan Rhys Meyers (“Match Point”, “August Rush”, “The Tudors”) y Kasia Smutniak (“Goal! 3”). Su argumento inicial es el siguiente: Un agente de inteligencia de poca importancia (Rhys Meyers) que trabaja en la oficina del embajador estadounidense en Francia obtiene más de lo que esperaba al asociarse con un importante agente secreto de los Estados Unidos (Travolta), poco ortodoxo, pero sumamente efectivo, que ha sido enviado a París para llevar a cabo una peligrosa misión en la que deberá detener un ataque terrorista en la ciudad.
Es importante también mencionar que el escritor –y productor- de la película es Luc Besson, quien sería una especie de Jerry Bruckhemier francés, ya que su sello es inconfundible. Él ya ha trabajado con Morel en “Distrito 13” y “Búsqueda implacable” con excelentes resultados. Besson además ha sido el director de brillantes películas del género como “León, el profesional” y “El quinto elemento”. Y como mencionaba, si bien “Sangre y amor en París” no llega a ser una obra de alta calidad como las últimas mencionadas, sí entrega lo que ofrece su publicidad: sangre y amor. El lugar da un poco lo mismo, pues a medida que avanza la historia pareciera que estuviera ambientada en cualquier ciudad del mundo, y sólo el hecho de que aparezca la embajada de EE.UU. nos hace desechar que la locación no sea dicho país.
La dirección es muy pulcra, fluida, con un aspecto visual muy característico de Besson, pero que posee la firma de Morel en las secuencias de acción, rodadas con aquel juego ya tan común de cama normal-lenta-normal que –utilizado con mesura con en esta ocasión- permite disfrutar aún más el fuerte de la película: la acción. La historia se desarrolla con una rapidez constante, y esto debido a personajes muy diferenciados, que congenian a los pocos instantes –ayudados por dos buenos actores como son Travolta y Rhys Meyers-, dotando a la historia de un dinamismo cada vez más difícil de encontrar. Los efectos especiales son excelentes, dignos de cualquier estudio hollywoodense.
La película tiene giros argumentativos muy bien dosificados y con desarrollos muy bien explicados, con una historia que posee una buena cantidad de persecuciones, explosiones, peleas cuerpo a cuerpo y balaceras, y una cantidad de drama no tan abundante, pero que logra equilibrar la adrenalina y permite profundizar en los personajes y sus difíciles decisiones. Esto, en su conjunto, hace de “Sangre y amor en París” una historia narrada con precisión, sin abusar de aquel ruido sin fondo que poseen la mayoría de las cintas del género, con buenísimos personajes y con un interesante desenlace, lo que también cuesta encontrar debido a la falta de creatividad al momento de cerrar una película.
Las actuaciones son convincentes, entregándonos personajes auténticos y atractivos. La pareja de protagonistas masculinos logra empatizar entre sí con una fluidez de diálogos y espacio que se transmite fácilmente al espectador. Sigo pensando que Travolta en el papel de bad-ass es creíble al 200%. Y la sobriedad que siempre demuestra Rhys Meyers en sus papeles ayuda a equilibrar con un personaje en un comienzo correcto, pero que debe ponerse a la par de su compañero. La actuación de Smutniak no es tan profunda –ni necesita serlo para la historia- pero agrega el toque necesario y la importancia para que el desarrollo y desenlace de la película sea el que se muestra.
Para cualquier amante del cine de acción, y aquellos que no lo sean tanto pero que quieran un rato de entretención cargada de adrenalina, y además con una buena historia, les recomiendo a ojos cerrados “Sangre y amor en París”, con una excelente producción y dirección, con muy buenos actores, y que sus 90 minutos de duración se pasan volando. Y eso siempre da cuenta que la cinta cumple con su objetivo primordial: entretener.
CALIFICACIÓN: 7/10