SINOPSIS: Un grupo de héroes sancarlinos se embarcan en una emocionante aventura para recuperar la codiciada denominación de origen a la “Mejor Longaniza de Chile”, que les fue arrebatada por Chillán. Los valientes y carismáticos vecinos organizan un potente movimiento social que con humor, amistad y un toque de picardía, les devolverá a San Carlos la dignidad y el respeto que merecen. ¡La batalla por la longaniza ha comenzado! |

A veces, la épica no se esconde en guerras galácticas ni en detectives oscuros de ciudad. A veces, la verdadera batalla se libra en la plaza de un pueblo pequeño donde solo se busca el reconocimiento de lo que para muchos solo es un placer pasajero encontrado en un choripán . Denominación de origen, la nueva película de Tomás Alzamora (La Mentirita Blanca), llega este 24 de abril a los cines para recordarnos que lo que para algunos es solo un embutido, para otros es identidad, historia y amor a lo propio.

Basada en hechos tan reales como sabrosos, la película se sumerge en la rivalidad entre San Carlos y Chillán por la denominación de origen de la longaniza. Sí, pero no solo estamos hablando de chorizos, sino que también de orgullo local, memoria colectiva y esa disputa entre David y Goliat, donde el pueblo pequeño busca dejar de vivir a la sombra del grande. El resultado: una comedia comunitaria con corazón, picardía y mucha, mucha carne.

Filmada con actores no profesionales, la cinta tiene un encanto que no se puede manufacturar. Los rostros de San Carlos no actúan, viven, donde los personajes son diversos, pero jamás se recurre al simplismo de burlarse de ellos. Las escenas transcurren entre lo documental y lo ficcional como quien camina por la feria: con naturalidad, con cercanía, con humor espontáneo. Hay una ternura muy chilena en cada gesto y una autenticidad que a veces el cine nacional olvida buscando humor forzado o profundidad donde no la hay.
Narrativamente, la historia avanza como una marcha pacífica pero decidida: sabemos desde el principio cuál es el conflicto y lo que está en juego, pero el viaje es tan sabroso (y eso que quien escribe acá es vegetariano) que uno no se preocupa del desenlace. Los diálogos son simples, pero cargados de ironía, y el humor nunca se siente forzado. Es ese humor chileno que se ríe de sí mismo, pero que también se toma en serio cuando toca.
Lo más brillante de Denominación de origen es su capacidad para hacer de lo local algo universal. Porque todos hemos sentido alguna vez que nos están quitando algo que nos pertenece: una receta familiar, una tradición, un recuerdo. Y esta película convierte esa sensación en una pequeña epopeya, con pancartas, entrevistas callejeras, y una banda sonora digna de festival de pueblo.

Denominación de origen es más que una película: es un grito colectivo, un homenaje al barrio, una declaración de principios embutida en tripa natural. Y como buen plato chileno, se disfruta más si se comparte.
Dirección: Tomás Alzamora Muñoz País: Chile Año: 2024 Duración: 86 minutos. | Elenco: Luisa Maraboli, Exequías Inostroza, Roberto Betancourt, Alexis Marín |