Intermezzo: un análisis a la parte complicada de las relaciones humanas y la hermandad

En septiembre llegó a Chile la nueva novela de Sally Rooney: Intermezzo. Sally Rooney alcanzó la fama con sus novelas Conversaciones entre amigos, Gente normal y Dónde estás, mundo bello, de las cuales las primeras dos ya cuentan con adaptaciones. Con una prosa muy propia de ella y que refleja bastante a bien a sus protagonistas y sus edades, la autora se volvió una de las voces de su generación y ahora su libro nuevo llegó al país.

“Es lo que tú dices, puedes acabar loco pensando en estas cosas. En las otras vidas que podrías haber tenido. Y la vida que tenías, cuando se acaba, ¿adónde va? Es decir, ¿qué se supone que tienes que hace con ella?”

Peter e Ivan son hermanos que se llevan por diez años y ahora que su padre murió, perdieron casi el único punto de conexión que les quedaba. Mientras Ivan conoce a una mujer mayor en un show de ajedrez, Peter debe lidiar con dos relaciones románticas en su vida. Cuando los hermanos discutan y se dejen de hablar, ambos se verán obligados a vivir el duelo de formas distintas.

“¿Y si la vida no fuese más que una sucesión de experiencias en esencia inconexas? ¿Por qué una cosa tiene que seguirse coherentemente de otra?”

No sabemos si es necesario decir esto, pero la prosa de Sally es maravillosa. Cada punto de vista de los hermanos era distinto y sumamente distinguible entre sí, al mismo tiempo que eran reflejos de sus estados mentales. Peter era caótico, frases cortas, muchos pensamientos intrusivos, pensamientos recurrentes y la ansiedad era palpable en cada página narrada por él. Por otro lado, los pensamientos de Ivan eran más serenos, mejor estructurados y se notaba que se tomaba su tiempo para formular sus ideas.

“¿Acaso la sexualidad humana no implica siempre de base una punzante inseguridad de tintes patéticos, horrible de contemplar?”

El libro tuvo una prosa que nos encantó, algo que ya nos pasó con la autora, las reflexiones de los personajes frente a distintas situaciones, sus monólogos internos, sus conversaciones sobre la vida, sobre dios, nos parecieron muy bellos de leer. Además, algo que ya sabíamos de ella era su capacidad para crear a estos personajes complejos y bien definidos, sus incoherencias más que ser “errores” eran parte de la complejidad humana, sus arrebatos, sus momentos hipócritas, todo era algo que se sintió como un reflejo bastante humano de la realidad.

“¿Qué significa eso? El deseo se resiste por su propia naturaleza a la razón. La voluntad de sobrevivir, el apetito por la vida misma. Durante estos días, durante todo el día de ayer, anoche, esta mañana, lo he deseado todo”.

Dicho todo eso, tenemos que confesar que el libro no terminó de conversernos por un tema muy sencillo; lo mejor era la relación de los hermanos y nos dio apenas tres escenas de ellos, mientras que las cosas que eran menos complejas o que aportaban menos, fueron las más desarrolladas. Partiremos con los hermanos, la complejidad de la relación de Peter e Ivan radicaba en los problemas de comunicación entre ambos. Y si bien tuvimos una pelea que nos pareció maravillosamente ejecutada, no nos dio el desarrollo que estuviera a la altura de los personajes ni de la relación que creó. De hecho, más que hablar de la relación entre hermanos, habló de las relaciones románticas que cada uno tenía por su cuenta, y los hermanos quedaron en un plano secundario para al final dar un momento conciliador entre ellos.

“No existe ninguna vida así, libre de ataduras: la vida misma es la red que sostiene a la gente en su sitio y da sentido a las cosas. No es posible romper con las limitaciones y seguir llevando sin más una existencia carente de sentido. La gente, el resto de la gente lo hace imposible. Pero sin el resto de la gente, no habría vida alguna”.

Otro punto interesante estuvo en el dilema de Peter, pues tenía a Sylvia, su mejor amiga y el amor de su vida con quien no podía tener una relación normal; y, a la vez, tenía a Naomi, una chica menor que él que vivía con quien compartía una gran química sexual. Fue incómodo y abrumador leer todo el dilema de Peter de decidir con quién quería vivir, pues desde sus ojos era lógico que las quería a ambas y por motivos distintos. Pero en vez de obtener un desarrollo más completo o los puntos de vista de Sylvia y Naomi, la autora dio algo como un cierre de final feliz poco desarrollado La propuesta era interesante, pero jamás profundizó mucho más que unos párrafos de algo que podría haber resultado fascinante de leer.

“Amar a quien me quede. Y si algún día pierdo a alguien, dejad que me hunda en la ira prolongada y fútil, sí, en el desconsuelo, que quiera romper cosas, muebles, aparatos, que quiera enzarzarme en peleas, y gritar, y arrojarme a las ruedas de un autobús, sí. Dejadme sufrir, por favor. Por amar aunque solo sea a estas personas, por saber que soy capaz de hacerlo, sufriría todos los días de mi vida”.

Por otro lado, Ivan conoció a una mujer mayor que él que ya estaba casada y estableció una relación con ella. En este caso, tuvimos tanto el punto de vista de Ivan como de Margaret, pero para ser sinceros, era innecesario. El hilo de ambos no era especialmente interesante, no había un gran dilema, decisiones por tomar, más allá de la presión social de la diferencia de edad a la que tampoco se enfrentaron tanto. Al final fue más el miedo de Margaret del cómo los tratarían que lo que tuvieron que enfrentar. Tenemos que confesar que el punto de vista de ella no nos aportó nada, tampoco era un personaje que resultara interesante, es probable que el libro hubiese sido mejor sin sus capítulos y si nos hubiesen dando los de Sylvia y Naomi para comprenderlas más.

“Nadie es perfecto. A veces necesitas que las personas sean perfectas y son incapaces y las odias el resto de tu vida por no serlo pese a que no es su culpa, ni tuya, tampoco. Es solo que necesitabas algo que no está en ellas poder darte. Y luego en la vida de otras personas tú haces lo mismo, eres tú quien las defrauda, quien no consigue ayudar en nada, y te odias hasta tal punto a ti mismo que desearías estar muerto”.

Intermezzo es una novela que siguió el estilo clásico de la autora, de hecho, con una pluma más compleja y que se nota que maduró desde su libro anterior. De nuevo tuvimos personajes complejos y bien definidos, pero que falló en el desarrollo de estos y sus relaciones. De lo bueno dio poco y de lo malo, dio demasiado.

Sally Rooney (Irlanda, 1991)-. es una novelista irlandesa, autora de Conversaciones entre amigos, Gente normal y Dónde estás, mundo bello. También ha colaborado con el guión y la producción de la adaptación televisiva de Gente normal, emitida originalmente por la BBC.