Hechizos para olvidar es la primera novela adulta de Adrienne Young, autora de Fable y Después del deshielo. En este libro autoconclusivo, la autora presenta la isla de Saoirse, una isla que mantiene su contacto con el continente al mínimo y en la que sus habitantes todavía practican magia. Una magia más sutil, que tiene que ver con la buena suerte, las cosechas y protección.

August está regresando a Saoirse después de haber tenido que escapar con su madre debido a un terrible incendio ocurrido catorce años atrás. Ahora, ella está muerta y su último deseo fue que él la enterrara en el único lugar que consideró su hogar. Por desgracia, August no escapó en los mejores términos con los isleños y estos no estarán felices de tenerlo de vuelta.

“Cuando era pequeña, los susurros de la isla habían sido como el sondio de mi madre tatareando para sí misma mientras se agachaba en el jardín o el conocido rugido de la solas rompiendo la costa escarpada. Pero había aprendido mucho tiempo atrás que a veces traían destinos no deseados”.

El libro está narrado desde los ojos de Emery y August principalmente y comienza con él volviendo a la isla. Emery fue la novia que tuvo en su adolescencia y quien tuvo que quedarse a lidiar con los rumores una vez que August se fue. Hubo un misterio en torno al incendio, una muerte y la implicancia de August en todo esto, y como mucho es narrado desde los ojos de Emery que recién comenzaba a descubrirlo, los lectores fuimos con ella desenredando los hilos de mentiras de la gente de Saoirse. Al mismo tiempo, si bien fue cierto que el libro transcurrió principalmente en el presente, también encontramos capítulos del tipo “X meses antes del incendio”, “Y horas después del incendio”, “W años antes del incendio” que nos permitieron conocer a los personajes en sus juventudes para ir entendiendo, también, el misterio en torno al incendio.

Fue un libro muy atmosférico sin caer en tediosas descripciones, logró con facilidad transmitir la isla, su magia y el cómo la gente en ella vivía. Recordó al estilo tan característico de Shea Ernshaw para crear muy buenas ambientaciones en sus libros. Disfrutamos mucho toda la construcción de la isla, el cómo funcionaba su magia en tiempos modernos y todo esto. De hecho, cuando había magia implicada no se sentía como una trampa para solucionar la trama, sino que una parte más de esta. Asimismo, los personajes secundarios funcionaron muy bien, pues todos tenían esa primera apariencia amable y cercana que a medida que pasaban las páginas nos iban descubriendo que no era tan así y varios ocultaban secretos importantes.

“Dio lo que me pareció un paso involuntario hacia atrás y cerré los puños dentro de los bolsillos mientras pensaba frenéticamente algo que decir. Pero no podía dejar de mirarla. Fue un momento rasgado y cosido torpemente por catorce años de agonía”.

Emery fue una protagonista inteligente, pero también muy vulnerable, pues la llegada de August alteró la vida que creía que estaba formando. Algo que nos gustó mucho fue que tuvo varias oportunidades para tomar las clásicas decisiones estúpidas e impulsivas, pero lograba controlar sus emociones y pensar antes de actuar. Sí, era una mujer emocional, aunque eso no implicaba que todas las decisiones que tomara fueran emocionales. August estuvo bien, construyó una vida en el continente y quería volver a ella, o eso creía, pues cuando volvió a Saoirse, recordó que era su hogar también. A August fuimos conociéndolo mucho más lento por los secretos que ocultaba. Aun así, es importante decir que la relación de ambos fue una muy linda e intensa, esos romances adolescentes que como adultos cuesta olvidar tan fácilmente.

Hechizos para olvidar es una novela llena de misterio, que destacó por su ambientación llena de magia pagana y sutil, junto con la vida de una isla pequeña con sus propias reglas. Un libro entretenido que te hace querer seguir leyendo para saber la verdad de lo que sucedió catorce años atrás.

“El dolor que sentía en mi interior era como un puño apretando cristales rotos. Sabía que estaba sangrando. Me desangraba todo el día, todos los días. Pero, aun así, no podía abrir los dedos y soltarlo. Porque este no era ese tipo de amor”.

Adrienne Young (Estados Unidos, 1985)-. Es una texana de pura cepa, devenida en chica californiana. Amante de la buena comida, profesa un profundo amor por la historia y por los viajes, y una desvergonzada adicción al café. Cuando no está escribiendo, se la puede encontrar en su esterilla de yoga, explorando anticuarios en busca de libros viejos, bebiendo vino durante cenas prolongadas o deambulando por sus museos favoritos. Vive con su esposo cineasta-documentalista y sus cuatro pequeños salvajes en la soleada Costa Oeste.