Este mes llegó a Chile la tercera entrega de Graceling: El reino de los secretos. Si bien las dos entregas anteriores funcionaban bastante bien como historias autoconclusivas, este tercer libro junta ambas historias y sí que requiere haberlas leído para poder entenderlo a profundidad. Este libro transucrre 8 años después de los eventos narrados en La asesina y el príncipe, como siempre, encontrarán spoilers de las entregas anteriores, pero no de esta.

Amarina es la hija de Leck y ahora es la reina de Montmar, su trabajo es llevar al reino hacia el futuro dejando atrás el terrible daño que su padre hizo durante 35 años. Ya es una adulta, pero no se siente capacitada para ser reina, no sabe lo que sucede en su propio hogar y muchas cosas no le hacen sentido. Por esto, decide escapar por las noches para conocer mejor su reino, así conocerá a dos ladrones que roban objetos robados y que forman parte de una antigua resistencia contra Leck.

“-Las verdades son peligrosas -le respondió.
-Entonces, ¿por qué las pones por escrito en un libro?
-Para atraparlas entre las páginas antes de que desaparezcan.”

En la primera entrega de Graceling nos quejamos de que se desperdició a Leck como villano, pues este era aterrador y ni siquiera había aparecido. Lo curioso y maravilloso de este libro es que Leck lleva 8 años muerto y sigue siendo el villano. Solo su recuerdo, las huellas que dejó en el reino, en sus súbditos y su familia son suficiente para su fantasma siga presente. Leck era un monstruo, una persona desquiciada y macabra que disfrutaba con el dolor ajeno y es en este libro en el que, finalmente, somos capaces de dimensionar el daño que hizo a las personas que tenía más cerca.

Es un libro con un ritmo tranquilo y sin mucha acción en sus casi 700 páginas, porque más que fantasía es una novela de intrigas de palacio, una novela introspectiva sobre aprender a sanar y el cómo lidiar con traumas. Es probable que Leck sea el tipo de personaje que es más aterrador mientras menos se sabe de él, por eso en este libro nos acercamos poco a poco. Partimos con los vagos recuerdos de Amarina, luego, lo que la gente del pueblo recordaba, así nos acercamos a personas que fueron víctimas directas, para luego llegar a los mismos pensamientos de Leck. Esta aproximación ayudó con el ambiente del libro y a aumentar ese aire misterioso y oscuro alrededor del personaje.

Como dijimos al inicio, a diferencia de los dos primeros que podían leerse casi de forma autoconclusiva e independiente, este libro vino a reconciliar esas historias y sus dos reinos, por lo que necesita que estas sean leídas antes. Fue muy divertido ver las versiones más maduras de Po y Katsa y cómo siguió su relación a lo largo de los años, además, pudimos ver que mantenían una dinámica de compañeros y amigos, a la vez de amantes, aunque no libre de problemas. Lo mismo con otros personajes de los libros anteriores que pudimos volver saber de ellos.

“Uno de los legados más crueles de Leck es que nos dejó sin poder recordar ciertas cosas y sin poder olvidar otras. No somos dueños de nuestras mentes.”

Probablemente, el punto que nos pareció menos interesante fue el relacionado con uno de los ladrones que Amarina conoció en el pueblo. La relación de amistad con ambos y cómo la ayudaron a ver el verdadero Montmar estuvo bien y divertido, pero la tensión con Zaf se sintió menos interesante que lo demás que estuvo pasando en el libro. Dentro de todo, entendemos que su relación con Zaf era ese amor adolescente que tenía que tener, ese primer encuentro con alguien que no la veía solo como reina. Sin embargo, Amarina demostró tener mucha más química con otro personaje que, además, significaba un apoyo para ella.

Si bien el libro tuvo un componente de fantasía pequeño, la verdad es que fue una historia sobre sanar, sobre el cómo cada persona tiene sus tiempos y su forma de hacerlo, algunos van a escoger olvidar, otros conversar, otros la soledad y otros la compañía. Fue muy lindo ver el cómo Amarina debía descrubrir cómo sanar el daño que le hizo su padre a la vez que descubría el tipo de reina que quería ser y que su pueblo necesitaba para comenzar el proceso de dejar atrás los años de tortura de Leck.

El reino de los secretos es la entrega de Graceling que junta las dos anteriores y las lleva a un cierre, al menos en lo relacionado a Leck. Una novela lenta, que se toma su tiempo para construir el ambiente y dejar que dimensionemos el trauma que sufre el reino, pero que maneja de forma esperanzadora el trauma y el proceso de sanar.

“Amarina era más grande que la habitación; era el pasillo y la sala de estar y los aposentos de Helda. Helda estaba allí, cansada y preocupada y con unos dedos doloridos por la artritis mientras tejía, y Amarina la abrazó, la consoló a ella también y le alivió el dolor de sus manos. Y siguió creciendo. Ahora era los pasillos exteriores, donde abrazaba a sus guardias leonitas, apostados en la puerta. Era las oficinas y la torre, y abrazaba a todos los hombres destrozados, asustados y solos. Era la planta de abajo, los patios pequeños, el Tribunal Supremo y la biblioteca, donde muchos de sus amigos se encontraban ahora, donde se habían reunido con personas de un mundo completamente nuevo.”

Kristin Cashore (Estados Unidos, 1976)-. Se crio en el noreste de Pensilvania. Se licenció en el Williams College y estudió un máster en el Centro para el Estudio de la Literatura Infantil del Simmons College. Su saga Graceling es best seller del New York Times y ha ganado numerosos premios y distinciones. Cashore vive en Boston con su marido.