SINOPSIS: Un grupo de submarinistas, encabezado por un padre y un hijo, realiza una expedición a la cueva más grande e inaccesible del mundo. A causa de una tormenta tropical, tendrán que enfrentarse a numerosos peligros, mientras buscan una ruta que les permita salir y salvar sus vidas.
TÍTULO ORIGINAL: Sanctum
AÑO: 2011
DURACIÓN: 108 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Alister Grierson
GUIÓN: John Garvin, Andrew Wight
FOTOGRAFÍA: Jules O’Loughlin
REPARTO: Rhys Wakefield, Allison Cratchley,
Christopher Baker, Ioan Gruffudd, Richard Roxburgh
GÉNERO: Drama | Acción
Estrenada hace pocos días, “Sanctum” es una película que posee como base la tragedia natural y la necesidad de un grupo de personas por sobrevivir a ella. ¿Novedad? Ninguna, pero al menos está la mano detrás como productor de James Cameron (“Titanic”, “Avatar”), quien ofrece la tecnología del 3D auténtico.
No diré mucho, sólo que Cameron ama y le atrae mucho el mundo acuático, pues de lo contrario es difícil creer que haya puesto tanta plata –y su nombre en los créditos –en esta película que tiene tantos puntos negativos que da flojera enumerarlos.
Un guión torpe, repetitivo, con diálogos que rozan lo absurdo al poner frases ultra metafóricas tomando en cuenta la adversa situación. Las actuaciones no son mejores, con un reparto desconocido –salvo Ioan Gruffudd (“Los 4 Fantásticos”), quien ya trabajó el “Titanic” con Cameron –e igualmente olvidable, con personificaciones o sobreactuadas o faltas de carisma.
Su director Alister Grierson –también desconocido –no tiene ni la experiencia ni siquiera el empeño de llevar las riendas de una producción que se pierde al poco tiempo de desarrollo. De hecho tuvo que hacer un curso rápido para aprender la filmación en 3D, pues nunca había tomado una cámara de aquellas en sus manos.
Pero bueno, “Sanctum” se erige como un drama, más que acción, más que la crudeza de un par de sus escenas. Un drama de supervivencia que, lejos de ser sublime, raya en lo inverosímil, con un tratamiento estético e interpretativo muy bajo.
Tal vez si no fuera por el 3D no valdría en nada la pena, pero si es por recomendarla, lamentablemente no puedo hacerlo. “Sanctum” es una pataleta de Cameron a la que le pusieron “inspirada en hechos reales” y que luego, en los créditos finales, nos damos cuenta que de inspirada tiene sólo los 5 primeros minutos.
Más allá de su director inexperto y sus actores incapaces de demostrar realismo, el reclamo va a su productor principal, cayéndose en picada. Lo bueno es que esta película rápidamente será olvidada, así que tampoco será tan importante para su currículo.
“Sanctum” es un ejemplo de cómo no malgastar dinero en 3D al presentarnos una intensa historia en papel contada incompetentemente, ultimando los torrentes acuáticos como excusa de terror y tensión, de lo que recibimos sólo drama, tratado sólo a ratos de forma correcta, pero con la linealidad más fría que lo transforma en un verdadero desastre. Y así como sus personajes luchan por sobrevivir dentro de la cueva, nosotros también intentamos sobrevivir, pero al aburrimiento.