Pecador, ruega por nosotros pecadores: una novela que explora otro de los significados de la palabra padre

Novedad de febrero de Editorial Zig-Zag bajo el sello VeRa, Pecador: ruega por nosotros pecadores de Sierra Simone es el segundo libro de la trilogía Padre. Una novela spicy y con contenido explícito, ideal para amantes del dark romance.

El libro se centra en la relación entre Sean y Zenny, dos personas con creencias y estilos de vida opuestos. Mientras él es un hombre cínico que no cree en la bondad ni en Dios, ella está a punto de entregarse por completo a la vida religiosa. Sin embargo, antes de hacerlo, Zenny quiere experimentar las tentaciones del mundo que dejará atrás, y para ello recurre a Sean.

“No solo es bonita. Es impresionante, es increíble. Es la clase de belleza que inspira canciones, pinturas y guerras.”

La historia explora el romance entre Sean, un hombre enojado con Dios, y Zenny, una estudiante universitaria que además de ser la hermana menor del mejor amigo del protagonista, aspira a ser postulante a hermana de una orden religiosa.

Más allá de sus características personales, la relación entre Sean y Zenny está marcada por los 15 años de diferencia que hay entre sus edades. Esta premisa en sí es controversial, pero hay formas de amortiguar su impacto. Sin embargo, este libro no lo hace. En cambio, se presenta una dinámica entre los protagonistas caracterizada por la diferencia de experiencias (sobre todo en el ámbito sexual) de cada personaje.

Aparte de la dinámica entre los personajes principales, su relación involucra una serie de casualidades inverosímiles, las cuales van desde el primer encuentro de los protagonistas hasta la manera en que vuelven a estar en contacto.

Así como en el libro anterior, uno de los elementos centrales de la historia es el suicidio de Lizzy, la hermana menor del protagonista, a raíz de ser abusada por un miembro de la iglesia, en Pecador sigue estando presente ese suceso, pero la enfermedad de la madre de los hermanos tiene el foco principal y es uno de los aspectos más emotivos del libro.

“Ser completamente humano es ser completamente sexual, y aunque eso no significa tener sexo o incluso deseo sexual, sí significa habitar por completo tu cuerpo.”

En cuanto a los personajes, Sean es un hombre escéptico que durante todo el libro se está vendiendo a sí mismo de cierta manera, lanzando comentarios arrogantes y actuando de manera egoísta de vez en cuando. Sin embargo, cuesta creer que sea de la manera en que se describe. Por el contrario, es alguien que prioriza su trabajo, al menos hasta que sus familiares lo necesitan, demostrando que se hace cargo de sus seres queridos, a veces de una manera autoritaria, y que le importa.

Esto último va incluso más allá cuando se trata de la protagonista femenina, pues, durante toda la historia, Sean adopta actitudes paternalista hacia Zenny, las cuales también están presentes en Tyler hacia Poppy en Padre, pero sumado a la diferencia de edad entre los protagonistas, se siente un poco más raro en esta ocasión.

El abuso de esta narrativa de sobreproteger a quien se cree que es inocente o que ya ha sido lastimado, se refleja en la manera en que él siempre está pensando en cuidarla, como si ella lo necesitara de sobremanera o no pudiera hacerlo por su cuenta. Hay escenas en las que la dinámica padre – hija se siente más explícita que en otros y un momento en particular en que tienen una cita muy adolescente porque Sean cree que es el tipo de experiencias que le corresponde vivir a Zenny.

Otra de las características de Sean es que es alguien que solía creer en Dios, pero que después de lo sucedido con su hermana menor, dejó de hacerlo, lo que permite explorar la reconciliación del protagonista con la entidad religiosa. Uno de los temas que la novela aborda es la manera en que la fe puede coexistir con el no entendimiento de algo. Otros de los temas que se abordan en la historia son el sufrimiento como motor del cambio y la relación entre religión y género.

Por su parte, Zenny, al igual que la protagonista de Padre, es alguien que no está dispuesta a aceptar malas actitudes por parte del personaje de Sean. Otro aspecto que comparte con Poppy es que es una protagonista femenina que sabe lo que quiere y está dispuesta a pedirlo, lo que demuestra mucha agencia de su parte, algo de lo que Sean parece no darse cuenta completamente.

Una de las características principales de Zenny es que es negra, información que es introducida a cuentagotas. Es por esto que cuando la historia introduce una escena que refleja el racismo cotidiano que sufren las personas negras, se siente sacado de la nada.

“Luego gira la cabeza, toca mi boca con la suya y mi mundo se prende fuego hasta convertirse en cenizas; su boca es lo único que queda, los labios complacientes, la lengua exploradora, su dulce sabor.”

Respecto a las escenas sexuales, Padre le da mucha importancia a la ambientación de estos momentos entre los protagonistas. Ese no es el caso de este segundo libro, que yendo de menos a más, la autora le da más importancia a qué sucede que en dónde ocurre. Por otra parte, algo que sí comparte con el libro anterior es el trato serio y explícito del consentimiento a lo largo de la trama.

Además, el libro incluye referencia a una saga de libros llamada Wakefield (como el apellido de las gemelas de Sweet Valley High), haciendo guiño al género de romance erótico del que también es parte.

Finalmente, a pesar de que el desenlace está mejor logrado que en el libro anterior, quizás sí se pudo haber optado por otro final, uno que se hubiera sentido diferente en comparación a lo que se acostumbra con este tipo de libros. 

En resumen, Pecador explora el romance marcado por la considerable diferencia de edad, entre un hombre enojado con Dios y una joven que aspira a ser una hermana de una orden religiosa. Una novela a la que se le dificulta convencer de lo que está presentando, desde elementos de la historia hasta la construcción de los personajes, y que cuenta con escenas eróticas en las que importa más lo que ocurre que su ambientación.

Sierra Simone (Estados Unidos)-. Es una exbibliotecaria que pasaba demasiado tiempo leyendo novelas románticas en el mostrador de información, mientras más picantes mejor, hasta que decidió escribir sus propias historias. Vive en Kansas City con su marido, dos hijos y dos perros gigantes. Y un gato horrible.