SINOPSIS: Un grupo de simios evolucionados genéticamente, capitaneados por Cesar, se convierte en la raza dominante del planeta tierra. Su única amenaza de crecimiento es un grupo de humanos que han sobrevivido a un virus devastador desatado en la década anterior. Ambas razas han conseguido obtener una tregua de paz, que se verá rota cuando ambas partes se sitúan al borde de una guerra que determinará quién será la raza dominante en la Tierra.
Llega a nuestras salas la segunda parte de El origen del planeta de los simios, o como la conocimos aquí, por el 2011, El planeta de los simios: (R)evolución. Si ya de por sí llama la atención el ver cómo continúa esta saga, que está pensada para ser una trilogía, les llamará más la atención saber que, a pesar de ser “monos vs humanos” bien podría tratarse sobre nosotros mismos contra otros humanos.
Luego de 10 años, los simios y humanos separaron caminos, construyeron (o reconstruyeron) sus civilizaciones y vivieron su vida sin pensar en el otro. Hasta que una necesidad los junta, creando desconfianzas y… ¿por qué no?, la “confrontación”.
De alguna manera, el título escogido para Chile no refleja del todo lo que nos muestra la película. Confrontación implica, en su significado más sutil, una comparación entre dos cosas que difieren, y durante el transcurso de la película tal vez nos demos cuenta que no diferimos tanto con esta evolución de los simios.
Matt Reeves nos trae una versión más tecnológica de El Planeta de los Simios, más contemporánea y con una técnica de captura de movimiento, que está tan bien trabajada en la cinta que llama la atención que sepamos que es computarizado, porque no se nota. Por otra parte, el 3D complementa tan bien la historia que, sin ser algo interactivo con el espectador, no puedes ignorarlo.
Para los simios, los movimientos y las expresiones lo son todo, manejan de una manera bastante rústica el habla y Andy Serkis, en el papel de César, es quién más lo demuestra.
Cesar, el líder natural del grupo, ha creado una civilización donde todos tienen su papel. Una demostración de jerarquía que solo se ve en los animales, donde Koba (Toby Kebbell) y Maurice (Karin Konoval) aportan desde la estrategia pseudo militar y el conocimiento, respectivamente. Un equilibrio precario que es puesto a prueba en repetidas ocasiones, y por un solo motivo, los humanos.
Desde esa vereda tenemos tanto a Malcom (Jason Clarke) como a Dreyfus (Gary Oldman), quienes se presentan bastante monótonos en sus roles. Dreyfus por su parte, solo quiere volver a lo que tenía anteriormente, siendo un líder más bien de estilo militar y sin muchos matices. Malcom, a quién conocemos un poco más, tiene más inclinación por el dialogo y demuestra un poco más de civilización de lo que podríamos esperar después de una catástrofe mundial.
La película de por sí muestra polos opuestos, que pueden llegar a trabajar juntos como no, nos hará preguntarnos a qué líder seguiríamos nosotros, cuál sería nuestra reacción y a qué causa apoyaríamos.
Una radiografía de nuestra sociedad que, fuera de contexto, nos refleja de la mejor manera. Una película que no te puedes perder y con la que quedarás de ganas de más, y de saber cómo termina este planeta de los simios.
Director: Matt Reeves |