SINOPSIS: Para que todo salga bien en la prestigiosa Academia Werth, la pequeña y su madre se mudan a una casa nueva. La pequeña es muy seria y madura para su edad y planea estudiar durante las vacaciones siguiendo un estricto programa organizado por su madre; pero sus planes son perturbados por un vecino excéntrico y generoso. Él le enseña un mundo extraordinario en donde todo es posible. Un mundo en el que el Aviador se topó alguna vez con el misterioso Principito. Entonces comienza la aventura de la pequeña en el universo del Principito. Y así descubre nuevamente su infancia y comprenderá que sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
Cuando me dijeron que habría una adaptación en película del famosísimo libro “El Principito”, automáticamente recordé el más que largo historial de películas basadas en libros que no representan para nada lo que uno espera de estas, sobre todo al ser una adaptación de una, a estas alturas, clásica novela que trasciende las edades, los años, y más aún las culturas. No por nada es el libro francés más leído de la historia, traducido a más de 250 idiomas.
Para ello, partamos de la base que esta película no se parece en casi nada al libro, salvo ciertos personajes, o algunos momentos de la misma, pero en sí la historia pasa varios años después del encuentro entre el aviador y el principito, y se inicia de forma paralela, con una pequeña niña y su madre que se cambian de casa durante las vacaciones, para conseguir que esta cumpla los planes que se esperan de ella, vaya a una prestigiosa academia, y formar de esta forma un perfecto “plan de vida”.
Es en este contexto en que nuestro aviador, ya varios años con los pies en la tierra, hace su aparición como el vecino loco, y que en base a la historia del Principito enviada en forma de aviones de papel, empieza a sacar de esta rutina inducida a la pequeña niña, la que empieza a descubrir un mundo más allá del que los adultos intentan convertir anticipadamente en el suyo, y a descubrir algunas de las enseñanzas que obtuvo el aviador con el viaje de este Príncipe de asteroides lejanos.
Con una llamativa animación, una historia que resulta entretenida para los más pequeños y atractiva para los más grandes, con momentos para reír, para maravillarse, dejarse encantar y porque no, emocionarse, y por sobre todo, el recordarnos mensajes tan sencillos en apariencia y profundos en su contenido, como el ya clásico “Lo esencial es invisible a los ojos”, o enseñarnos valores tan importantes como la amistad, el amor por los demás, y por sobre todo, a disfrutar de las pequeñas cosas que tenemos a nuestro alrededor, como una puesta de sol, o un grato momento. Llega a la cartelera esta gran pieza de arte, que más allá de tener como base una gran novela, se instala posiblemente como una de las más reconocidas de este año, la que sin miedo a exagerar, se puede poner a niveles tan altos como otras del género y de mayor promoción o producción, o ser mucho mejor a estas.
Este filme está más que recomendado para todas y todos, hayan leído la novela o no, puesto que no es un prerrequisito, aunque personalmente les recomendaría que detuvieran su tiempo a leer esas cerca de 60 páginas, a compartirlas con quienes no han tenido la suerte de descubrirlas, a tratar de entender que quería decir el autor de esta obra, el mensaje que quería entregar en ella, quien en sus cortos 44 años de vida, y desde los 12 como piloto, los disfrutó haciendo lo que quería hacer, escribiendo, volando, recorriendo el mundo, y descubriéndolo con sus propios ojos.
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Le petit Prince (The Little Prince) |
Escrito por: El_Akua
