SINOPSIS: Australia, 1926. Un bote encalla en una isla remota y a su encuentro acuden el farero Tom Sherbourne (Michael Fassbender) y su joven esposa Isabel (Alicia
Vikander). En el interior del bote yacen un hombre muerto y un bebé que llora con desesperación. Tom e Isabel adoptan al niño y deciden criarlo sin informar a
las autoridades. Todo se complica cuando años más tarde conocen en el pueblo a Hannah (Rachel Weisz), una mujer atormentada por un trauma del pasado.
Hay que admitir que la primera mitad de este film, basado en la novela homónima de M. L. Stedman, posee un ritmo visual hipnótico que parece predecir un drama de época consistente y satisfactorio, pero la ambición del director (el mismo de la exquisita y audaz Blue Valentine) termina por estropear todo con giros argumentales innecesarios, estériles. Todo lo que era oscuridad tentadora y convincente en la primera mitad del film pasa a ser irrisorio sentimentalismo en la segunda mitad gracias al exceso de luz y grandilocuencia del director.
Cabe destacar la gran actuación de la pareja protagonista: un siempre convincente Michael Fassbender, que acá hace gala de potente madurez actoral, y una deslumbrante y embelesadora AliciaVikander (oh, Alicia, solo tú podías superar tu Kitty de Ana Karenina).
Si son capaces de soportar una película gracias a sus buenas actuaciones, La luz entre los océanos es una buena opción para deslumbrase en estas tardes de verano con el faustuoso festival de belleza que tanto amamos y odiamos de Hollywood, pues tanto Fassbender como Vikander brillan y obnubilan por sí solos, tanto o más que la luz entre los océanos.
ESCRITO POR: Andres