SINOPSIS: Desde niña Natalia vive cautiva en la casa de Iván. Pese al régimen de represión en el que viven, entre ellos se ha creado una vida cotidiana y familiar. Cuando la joven tiene su despertar sexual, el poder del raptor comienza a debilitarse dejando en evidencia su anhelo de amar y tener una mujer para toda la vida. La casa se transforma en un campo de batalla sin moral, el que Iván y Natalia intercambian amor por libertad.
¿Cómo responde la humanidad en una situación de cautiverio?¿Cuánto tiempo puede resistir la dominación de uno sobre otro? ¿Cómo se desenvuelve el amor en todo esto?
La Mujer de Ivan hace alusión a muchos matices de la naturaleza humana. En un “mundo” en el que todo está corrupto por un hecho que va en contra de la moral, todo juego de poder puede ser válido y la normalidad se va construyendo a retazos con un tira y afloja constante.
En este caso la directora nos muestra pequeños pasajes de la relación que construyen una niña, que se va convirtiendo en adolescente, y su captor. Los cambios naturales de la relación se van mostrando unificados, haciendo el paralelo entre la relación de una pareja y una relación violenta, como es el secuestro. Una historia que francamente es perturbadora y que hará que se interroguen sobre todas sus relaciones y cómo es que las llevan a cabo.
Marcelo Alonso, en su papel de Iván, representa a un solitario que desde un principio muestra problemas psicológicos y que, más allá de sus palabras y acciones, proyecta la imagen de alguien que no está bien. Una gran actuación para alguien que ha destacado en la pantalla chica como en las grandes salas de cine.
María de los Ángeles García, tiene una actuación un poco más difusa, confunde el que represente a una niña, viéndose a ratos como tal y otras como una adolescente con cara añiñada. Lo que nos hace más complejo el seguir la línea temporal de la cinta, y aunque no sea del todo “su culpa” podríamos decir que su papel es el que más confunde y el menos lógico.
Como la mayoría de las producciones del cine chileno, se apega más al concepto de “cine arte” o, más bien, a un estilo de cine que no es del todo comercial y que no llama tanto al público. La historia misma no es recomendable para niños y mucho menos tiene como propósito el entretener a la gente.
Se podría decir que es una crítica social y un intento de diagnóstico de las relaciones de parejas que existen en esta sociedad, donde el poder sobre el otro se manifiesta de diferentes maneras y donde nuestra cultura misma las hace válidas y un modelo de imagen para algunos.
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Director: Francisca Silva |
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