[Review de cine] La vida de Jagna: cine, pintura y literatura; en resumen arte.

¿Qué sucede cuando mezclas cine, pintura y literatura? La respuesta es una: arte. Y eso es lo que encontraremos en La vida de Jagna, película polaca que se ha estrenado hoy 06 de junio en donde los creadores de Loving Vincent vuelven a cautivar con una animación realizada con pinturas al óleo.   

La película está basada en la novela “Los Campesinos” (Chlopi), un clásico de la literatura polaca, escrito por el ganador del Nobel W.S. Reymont.  La historia nos narra de Jagna, una bella joven que es obligada a casarse con el lugarteniente más rico del pueblo, pero ella mantiene una relación amorosa en secreto con Antek, hijo de su esposo.

En la película participaron alrededor de 100 artistas para dar vida a este cautivador espectáculo visual llamado La vida de Jagna. La cinta dirigida por el matrimonio DK y Hugh Welchman es mucho más ambiciosa que su proyecto anterior Loving Vincent (Cartas de Van Gogh en Hispanoamérica), pues bien ahí básicamente eran retratos fijos que hablaban mientras que ahora podemos encontrar bailes, peleas y una diversidad de bellos paisajes y escenarios que representan la vida de campo de Polonia de fines del siglo XIX.

La película nos narra los acontecimientos ocurridos en un año, dividida en cuatro capítulos correspondientes a cada una de las estaciones. Si bien, la protagonista de la historia es el personaje de Jagna; también se nos muestra la vida de los campesinos en general, lo que es todas sus costumbres y tradiciones -por eso la novela y el nombre original de la película se llama “Los Campesinos” -así que la cinta no es solo un viaje en el tiempo, sino que también un viaje cultural.

Hay que dejar en claro que no por ser una película animada y por todo el colorido que se ha mencionado es una película infantil, pues bien los temas tratados son bastantes fuertes. Vemos como actúa la envidia, los rumores, la lujuria, engaños y la ambición; lo peor de la sociedad. Jagna vive rodeada en un mundo complejo, donde hay una fuerte dominación patriarcal y su vida poco a poco es una caída a un fondo sin salida.

Estéticamente, la película es impresionante, pero también destaca musicalmente. La música polaca está presente en la obra en todo momento, lo que permite una inmersión completa en el mundo y la época que vemos en pantalla.

Al final de la película, podemos ver cómo se creó la magia: cuadros pintados a mano en acuarelas o al óleo y animados digitalmente. Este es un trabajo que requiere total dedicación, razón por la cual la película demoró diez años en producirse. Vale la pena verla.

Por cierto, la pareja de cineastas ya tiene un nuevo proyecto, también basado en literatura: uno de los clásicos de William Shakespeare, El sueño de una noche de verano.

La vida de Jagna es un deleite visual, no solo por la dedicación puesta en cada una de sus escenas pintadas a mano, sino también por su capacidad de contar una historia con temáticas universales que revelan lo peor del ser humano. Es un verdadero viaje a otra época y cultura.