SINOPSIS: En una Canadá ficticia, se aprueba una ley que permite que los padres incapaces de controlar a sus hijos problemáticos les internen en un centro especial. Sin embargo, Diane “Die” Despres, una madre viuda con carácter, decide educar ella misma a su hijo adolescente Steve, que padece ADHD y que puede llegar a resultar violento. Kyla, la vecina de enfrente de su casa, le ofrece su ayuda a Die. La relación entre los tres se hará cada vez más estrecha, surgiendo preguntas sobre el misterio de su vida.
Me pongo de pie solo para aplaudirle a Xavier Dolan. Partió como actor, y actualmente puede decirse que lo hace todo. Sobre todo si hablamos de dirigir buenas películas. Con tan solo 25 años ya tiene una legión de seguidores, y lo digo, soy uno de ellos desde que vi Mommy.
No me quiero ni imaginar el tipo de relación que tiene Dolan con su madre, si se fijan, a lo largo de su filmografía ya lleva dos películas que habla del tema. I Killed my mother o Yo maté a mi madre y ahora nos da duro con esta excelente y merecida ganadora de Cannes, Mommy, película que narra la dura relación de una madre con su hijo, que mantienen una relación de amor-odio llevada al extremo.
La historia ya es fuerte, y lo peor es que Dolan no te da respiro alguno (o tal vez unos pocos, pero vamos por parte). Gran parte del metraje será un formato opresor, un simple cuadrado que ves en la pantalla utilizado netamente para transmitir una sola cosa… Rabia. Pero aún así, Dolan logra hacernos simpatizar con personajes disfuncionales que son mostrados con carisma y ternura. A veces, aquel cuadrado opresor se expande, cambiando el estado de ánimo de los personajes, un gran punto a favor en este film.
Hay algunas escenas realmente impresionantes, acompañados de una gran banda sonora, planos muy bien logrados y que transmiten a la perfección lo que se quiere mostrar, una iluminación que ayuda a potenciar todo lo anteriormente dicho y unas interpretaciones tremendas.
Los tres protagonistas de esta historia lo dan todo. Antoine Olivier Pilon, quien ya había trabajado para Dolan en Laurence Anyways, es este adolescente problemático que tantos nos hará mordernos las uñas, y junto a Anne Dorval (su madre) se comen la pantalla en cada escena que aparecen. También tenemos a Suzanne Clément, quien es el engranaje que esta puesto a la perfección para poder ver esta relación madre e hijo desde otro punto de vista. Sí, los tres actores se repiten de trabajar con Xavier Dolan.
Es una gran película, sin duda alguna. Seguramente no gustará a todo el mundo, pero está tan bien contada que vale la pena verla y disfrutarla de principio a fin. Esperemos seguir viendo a este director haciendo de las suyas, y de paso, me gustaría ver más a Antoine Olivier Pilon en algunos otros proyectos.