[Review de Cine] Talentos ocultos

SINOPSIS: Narra la historia nunca contada de tres brillantes mujeres científicas afroamericanas que trabajaron en la NASA a comienzos de los años sesenta, en plena carrera espacial, y asimismo en mitad de la lucha por los derechos civiles de los negros estadounidenses, en el ambicioso proyecto de poner en órbita al astronauta John Glenn.

El cine suele buscar ser un reflejo de la realidad, ese punto de identificación con el público, a pesar de cualquier alegoría o ficción que se quiera mostrar. Y no hay nada más global que la discriminación, sin importar el motivo de esta. Un tema actual en muchas dimensiones y lugares, inclusive la tan obvia discriminación a la gente negra que se ve en Estados Unidos y tantos otros lugares.

Basada en una historia real, en Talentos ocultos vemos el papel de las mujeres negras en la NASA, en la carrera espacial. Un lugar que pareciera ser el más aventajado en tecnologías y pensamiento pero que en esa época, 1960, era parte de una sociedad en que la lucha por los derechos civiles tenía diferentes opiniones y visiones.

Taraji P. Henson, Octavia Spencer y Janelle Monáe tienen esa chispa que encanta a primera vista. Sus personajes, siendo muy diferentes entre ellas, se ven definidas por la unión y el apoyo mutuo que tienen en la historia, dándose ánimos y fuerza para seguir adelante en esa lucha que es solitaria e individual y a la vez social, un pequeño eslabón entre tantos otros.

Si bien la película es bastante clásica en su desarrollo, la lucha constante, la impotencia ante la situación y la resiliencia son determinantes en el resultado. Nos muestra a gente extremadamente inteligente y habilidosa que era desestimada solo por su color de piel. Y aunque la historia de hace 50 años atrás tenga mucho parecido con lo que vemos en la actualidad, se puede entregar una historia que emocione y nos haga pensar en qué estamos haciendo en nuestro tiempo y en cómo estamos actuando. Una historia que marque la diferencia.

Finalmente, Talentos ocultos es una película muy bien calculada, casi milimétricamente se pasea entre el drama, la banalidad, la comedia y la historia con un equilibrio que dejaría a cualquier director menos experimentado en la ruina. Pero que sobrepasa todo eso por el factor emoción, que traspasa cada fibra de tu ser y te empodera a ser mejor, más grande y mucho más generoso.