SINOPSIS: Woody siempre ha tenido claro cuál es su labor en el mundo y su prioridad: cuidar a su dueño, ya sea Andy o Bonnie. Pero cuando Bonnie añade a Forky, un nuevo juguete de fabricación propia, a su habitación, arranca una nueva aventura que servirá para que los viejos y nuevos amigos le enseñen a Woody lo grande que puede ser el mundo para un juguete.
Muchos quedamos sorprendidos al enterarnos de que iba a existir una cuarta parte de esta historia, y es que nueve años después de que la tercera cinta diera un cierre prácticamente perfecto para muchos, no tenía sentido que plantearan una continuación. Pero ya está en cartelera y a opinión de muchos –fanáticos y no– la historia sigue siendo perfecta.
No son pocos los que han envejecido y han marcado diferentes puntos de sus vidas gracias a las enseñanzas que les ha ido mostrando esta, ahora, tetralogía. Y es que en cada una de ellas podemos ver diferentes mensajes: de amistad, compañerismo, sacrificio, pertenencia y tantos otros que quedan en el tintero. Se podría decir que una continuación era completamente necesaria, una visión un poco más adulta a esta aventura infantil, una guía para los ahora adultos que vivieron cada aventura de Woody y sus amigos como propia.
Como muchos sabíamos y entendimos desde un principio, la historia no era de Andy, sino de Woody y ese “fueron felices para siempre” ya no calza con lo que conocemos de la vida. La pandilla creció, se ajustó, creció nuevamente y se convirtió en una gran familia que luchaba por mantenerse unida y por continuar las aventuras –y la felicidad–que vivían constantemente.
El tiempo ha pasado, no solo para nosotros, también para los personajes de la cinta y la naturalidad con que muestran su vida nueva es arrolladora, te transporta inmediatamente a todos los recuerdos que tienes de ellos, como si no hubiese pasado un día. Y así como ha pasado el tiempo, también ha cambiado el mensaje. No se deja de lado ninguno de los valores que nos muestran en sus entregas anteriores, sin embargo, todos sabemos que hay diferencias en la forma de ver el mundo.
La trama nos lleva de paseo por la nostalgia, literal y figurativamente, sin embargo, esa es solo una de las tantas lecturas y formas que toma esta cinta. Hay varios temas que se integran de forma natural a una cinta que ya nos mostraba la diversidad como algo normal, y se tocan temas que hoy en día son muy relevantes como el feminismo, los sueños rotos y la misma crisis de identidad de quién no se logra ubicar en un rol que le es impuesto.
Toy Story no abandona sus formas. Esta cuarta entrega logra llevarnos por un viaje emocional que encantará a grandes y chicos, una historia llena de mensajes que le hablará a cada uno donde más lo necesite.
Y no olviden quedarse hasta el final de los créditos.
Director: Josh Cooley |