[Review de libro] A la caza del diablo: un buen cierre de saga que retoma el caso que dio inicio a todo

Este mes llegó a librerías chilenas la última entrega de la saga A la caza: A la caza del diablo. En este final, que transcurre en Nueva York, Audrey Rose y Thomas se enfrentan a una serie de asesinatos que les recuerdan su primer caso, Jack el Destripador, tendrán que poner todo su ingenio para encontrar al responsable y, si es posible, seguir juntos, pues parece que todo se pone en su contra.

Como ya dijimos, este libro retoma el primer gran caso de la saga, y uno de los más famosos a nivel mundial, esta vez llevándolo a Estados Unidos y conectándolo con otro famoso. Si bien fue interesante el giro que dio la autora y el cómo fue preparando este desenlace con sus cuatro libros, la verdad es que toda la estructuración de las pistas en este se sintió algo poco armado. De hecho, la mayor parte del tiempo no hacen descubrimientos dignos, sino que básicamente se topan con ellos.

“Los humanos no podíamos evitar amar a nuestros monstruos”

El fuerte de esta entrega es la relación de Audrey Rose con Thomas, de hecho, la primera mitad es solamente ellos estando juntos, avanzando con su relación y así, el caso no avanza mucho en esta parte. Es cuando ocurre un quiebre entre ambos que el misterio vuelve a dominar la historia. Sin embargo, no tan bien estructurada como para resultar del todo interesante. De hecho, el libro se sintió demasiado largo para lo poco que, en términos prácticos, pasó en él.

Aun así, siguió siendo un libro bastante divertido, ya que al ser la cuarta entrega ya se le tiene cariño a los personajes y sus personalidades. Es cierto que todo el aspecto romántico, al estar tan concentrado y tomar ese tono en especial cursi. cansó un poco, pero aun así resultó entretenido. Y es que, además, se agradece que en juvenil presenten relaciones románticas sanas, si bien era evidente lo que la autora estaba haciendo y su esfuerzo en exceso por mostrar en Thomas a un hombre decente, sigue siendo mejor que la mayor parte de las relaciones que aparecen ahora en novelas juveniles.

“Si hay algo que el hombre aprecia por encima de la codicia, es la esperanza. Sin ella, la gente dejaría de soñar. Sin soñadores, las civilizaciones se derrumban”

Toda la ambientación del final es tan dramática como a la autora suele gustarle, casi de una película de terror, aunque tenía una buena fundamentación detrás. Era más oscuro que sus otros finales, pero aun así no se sintió realmente el peligro en él, dejó la sensación de que faltó un algo más para que fuera tan espectacular como su autora lo concibió. De todos modos, resultó entretenido de leer y lleno de acción. A pesar de que el verdadero final tiene un tono más de novela de romance porque ese resultó ser el verdadero foco del libro. 

“Los hombres son monstruos que usan la fantasía para aliviar sus conciencias. Les resulta fácil culpar de sus acciones al bien y al mal. Es mucho más difícil enfrentarse a la verdad: que disfrutan con el dolor y el miedo que infligen, sin otro propósito que su propio placer perverso”

A la caza del diablo entrega un buen final a una saga que fue mejorando con cada libro, en esta última entrega retoma el caso origen y entrega un giro interesante. Al mismo tiempo, la relación de Audrey Rose y Thomas llega a su punto más alto y se consolidan como pareja.

Kerri Maniscalco (Estados Unidos)-. Creció en una casa semiembrujada en las afueras de la ciudad de New York, donde comenzó su fascinación por los ambientes góticos. En su tiempo libre lee todo lo que llega a sus manos, cocina toda clase de comida con su familia y amigos y bebe demasiado té mientras debate los detalles más complejos de la vida con sus gatos. A la caza de Jack el Destripador es su novela debut en la que mezcla su amor por la ciencia forense y las historias inconclusas.