Título original: Mördare utan ansikte
302 páginas
SINOPSIS: Kurt Wallander atraviesa uno de los momentos más sombríos de su vida personal (sus relaciones familiares son un desastre, está ganando peso, bebe mucho y duerme poco) cuando tiene que ponerse al frente de la investigación del asesinato de un apacible matrimonio de ancianos, en una granja de Lenarp. El marido ha sido horriblemente torturado y la mujer agoniza luego de ser estrangulada poco a poco.
A principios de octubre de este año ha fallecido Henning Mankell, uno de los padres de la literatura negra y/o policial de Europa. Uno de sus legados más reconocidos a nivel mundial es la serie de novelas del detective Wallander, la primera –que analizaré brevemente en esta ocasión –de 1991 y la última (“Huesos en el jardín”) de hace un par de años.
Kurt Wallander es un policía que posee rasgos reconocibles en el manual universal de personajes de novela policial. Incorruptible, internamente inestable por varios momentos, pero con una integridad que lo hace querible con rapidez, y que a la vez deja de manifiesto la fragilidad tras un rostro que enfrenta con una dureza que sólo es la careta al exterior.
Mankell nos ofrece en “Asesinos sin rostro” una comunión entre una investigación que se va desmadejando lentamente. Con sus aciertos y muchos tropiezos, y una introducción perfecta de una idiosincrasia, forma de vivir, pensar y sentir de una sociedad que para muchos puede sonarnos lejana y desconocida como la de la “fría” Suecia.
La narración engloba elementos típicos del género, pero profundizados sin caer en la pesadez, dándonos una visión completísima del porqué de las acciones que los personajes, “buenos” y “malos”.
“Asesinos sin rostro” es una excelente primera visita al género policial en el continente europeo, una visita que nos deja empapados del sufrimiento, desazón y temor frente a una sociedad cambiante, más violenta, que podemos fácilmente extrapolar a nuestros terrenos.
Escrita hace casi 25 años, esta es una novela rica en descripciones de la vida diaria de la vida rural y citadina en lugares apartados inclusive para la misma Suecia, y con un manejo de la tensión y el misterio que, sin ser exacerbado, logra mantener pendiente hasta las últimas páginas.