[Review de libro] Corazón negro: un final que cumple, pero deja interrogantes

La trilogía que comenzó con Gata blanca, continuó con Guante rojo, llegó a su fin en marzo con Corazón negro. Este mes llegó a librerías el último libro de Los obradores de maleficios, una saga más antigua de la famosa autora Holly Black que nos presentó a Cassel Sharpe, el menor de una familia de estafadores en un mundo en el que los obradores pueden atacar a alguien con solo el roce de la mano. Si no leyeron los anteriores, no lean este libro pues habrá spoilers de las otras entregas.

Cassel Sharpe está en manos del FBI, hizo un acuerdo con ellos para salvarse a cambio de ofrecer su poder como obrador de transformación junto con su hermano Barrow. Sin embargo, cuando tenga que meterse en un último timo para salvar a su madre que está en manos de un mafioso, deberá decidir si quiere trabajar del lado de la ley o en su contra.

Cassel, ¿quieres saber cómo deslumbrar a cualquiera? Tienes que hacer que le recuerdes a su persona favorita. Y la persona favorita de cada cual siempre es uno mismo.

Uno de los puntos más característicos de esta trilogía es que es difícil saber en quién confiar, incluso con la familia, en especial para Cassel, pues en las otras entregas descubrió que fue traicionado por ellos de formas terribles. Ese es uno de los puntos que volvió la saga tan divertida, el acompañar a Cassel en esta constante incertidumbre de no saber quién estaba siendo honesto y quién solo quería utilizarlo. Aquí volvemos a estar en esa situación, pero esta vez es su hermano Barrow versus la agente del FBI con la que hizo el trato.

Volvemos a tener la complicada dinámica familiar con la madre siendo más una carga que una figura de respeto, pero a la que, a pesar de todo, siguen queriendo y están dispuestos a todo para salvarla de los problemas en los que se metió. También volvemos a la tormentosa relación de Cassel con Lila, con este odio por parte de ella y el amor casi ciego de él, por suerte, después de mucho logran empezar a tener conversaciones transparentes que aclaran los malentendidos entre ambos.

Ese es el problema de decir la verdad: las personas inteligentes deducen lo que no les cuentas tú. Una mentira puede ser perfecta e impenetrable. Pero la verdad es siempre caótica.

Creemos que el mayor problema de la entrega es que no estuvo a la altura de las previas, de hecho, se sintió como un timo más y no el gran golpe al que hizo referencia Cassel en el libro. Además, varios pequeños aspectos quedaron en el aire, por lo que más que entregar un cierre como tal, solo se sintió como un corte y que el resto quedó a la imaginación del lector. Ahora, es cierto que la trilogía no se caracterizó por ser explicativa ni detallada, parte de su misma gracia era esto, lo sencilla en esencia que era.

Curiosamente, algo que le faltó a esta entrega fueron los timos o las estafas, hay una importante para el final, pero que no se sintió ni de cerca tan emocionante como las de los otros libros y puede que eso afectara el cómo nos sentimos con este. Uno de los mejores aspectos de Cassel era su ingenio para salir de problemas estafando a la gente, jugando con sus mentes o engañándolas, acá faltó un poco de eso, de sus planes y eso que lo volvía a él un gran personaje. 

El amor nos cambia, pero nosotros también cambiamos nuestra forma de amar.

Corazón negro es el desenlace de la trilogía Los obradores de maleficios que tiene como protagonista a un chico que creció siendo estafador y usa esas habilidades para escapar de los problemas que crea y en los que su propia familia lo mete. Un cierre parecido a las entregas anteriores, pero que no logra estar al nivel de estas, se sintió sencillo y como un libro entre medio, no un final.

Holly Black (Estados Unidos, 1971).- Escritora y editora estadounidense, conocida por escribir Las crónicas de Spiderwick, una serie de cinco libros de fantasía para niños, junto con el ilustrador Tony DiTerlizzi, la serie de libros Magisterium con Cassandra Clare y la trilogía Los habitantes del aire.