SINOPSIS: Bipa no cree en los cuentos de hadas. No le interesa lo que pueda haber más allá de las Cuevas donde habita su gente. Pero cuando su amigo Aer, fascinado por la leyenda de la mítica Emperatriz, parte en un viaje hacia una muerte segura, Bipa irá a buscarlo, arriesgando su propia vida en un mundo de hielo bañado por la luz de la estrella azul, persiguiendo algo que puede no ser más que una quimera. ¿Existe de veras el Reino Etéreo? ¿Existe algo más allá de la confortable seguridad de las Cuevas? ¿O, por el contrario, no hay más que frío, muerte y oscuridad?
Laura Gallego es bastante conocida en el mundo por sus libros infantiles y de fantasía, siendo premiada en diferentes ocasiones. Con La Emperatriz de los etéreos, publicado hace prácticamente 10 años, nos lleva a un mundo de hielo donde la luz del sol ya no existe y donde las historias infantiles se convierten en realidad.
Si bien la historia parece básica a primera vista, tanto por la simplicidad de su lenguaje como por el relato mismo, también se puede tomar con mucha más profundidad de lo que podríamos pensar; Gallego va haciendo una metáfora del mundo y de las personas que vivimos en él que sigue siendo acertada en muchos casos. Además, la relevancia dada a la vida y “lo sólido”, por decirlo de una manera, y la importancia que se le da en el libro a través de los símbolos, transforma la manera en que podemos entender el libro, haciendo una alegoría a la vida misma.
Su protagonista, bastante peculiar en comparación a otras, se caracteriza por su practicidad y terquedad, características que la ayudan bastante en su viaje pero que se ven desafiadas constantemente. No solo eso, las emociones van haciendo mella en sus resoluciones conforme pasan las páginas y entiende que su viaje y su vida pueden cambiar drásticamente por tan solo haber emprendido su viaje.
Si bien parece soso y hasta aburrido en un principio, es necesario hacer una relectura de la historia, tratando de entender ese mensaje escondido a través de símbolos que pueden llevarnos a un viaje mucho más enriquecedor que el solo acompañar a Bipa en su camino.
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Autor: Laura Gallego |
