SINOPSIS: Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la URSS se repartieron el territorio coreano, dividiéndolo por el Paralelo 38, una frontera artificial que provocó una guerra entre 1950 y 1953. En la guerra de Corea, gran parte de la población del norte del país inició un éxodo que separó a muchas familias. Una de estas vidas mutiladas fue la de Gwija, una mujer que ha esperado durante siete décadas, deseando reencontrarse con su marido y su hijo mayor, y que se aferra a una esperanza: volver a verlos gracias a un programa gubernamental que favorece la reunificación de las familias. Keum Suk Gendry-Kim se ha inspirado en la historia de varias abuelas surcoreanas para trazar una novela gráfica basada en hechos reales que denuncia los crueles golpes de la historia. |
La espera es la nueva novela gráfica de Keum Suk Gendry-Kim y nos cuenta una historia ficticia, pero que se basó tanto en la historia de su propia madre como en los relatos de otras personas. Se enfoca en la separación de las Coreas y en las familias que se vieron separadas durante esos complicados años y el proceso de reencuentro organizado por los gobiernos.
En el presente, Jina es una novelista que termina mudándose un poco lejos de su madre ya anciana, Gwija, quien le pide que busque información de su hijo a quien perdió muchos años atrás. En el pasado, conocemos la infancia de Gwija en la ocupación japonesa, su matrimonio arreglado y la migración forzada que debieron hacer.
El principal tema del libro es, como su nombre lo dice, la interminable espera de muchas personas en Corea del Sur y del Norte por reencontrarse con sus familiares que quedaron al otro lado de la frontera. Si bien los gobiernos armaron unas instancias para juntarlos, los números que dio la autora dejaron en claro que fueron solo un porcentaje pequeño de personas que se volvieron a reencontrar. Al mismo tiempo, se tocó el tema de la maternidad de forma muy sutil, muy personal por parte de la autora. Si bien la historia que narró era ficción, era una ficción en la que se imaginaba a sí misma y a su madre, así que había un retrato muy natural como las manías que tenía una, la necesidad de espacio de la otra o esas cosas en las que cedían para estar juntas.
De alguna forma, la autora retrató una relación muy realista de madre-hija, con sus puntos bajos como peleas sin sentido o las rarezas de la madre, tanto producto de la edad, como por todo lo que le tocó vivir. Sin embargo, todo fue retratado desde un cariño muy profundo y desde los ojos de la comprensión. Además, hubo escenas emotivas entre ambas, como la del viaje que hicieron juntas en las que Jina le pidió a su madre que le contara su historia, aunque ya la había escuchado varias veces antes.
El hilo del pasado de Gwija era más triste, si bien en su infancia tuvo suerte de no pasar hambre, pero debido al miedo a los soldados japoneses la obligaron a casarse siendo muy joven. Es cierto que tuvo buenos años de vez en cuando, fue una historia de nunca acabar, de nunca poder encontrar la estabilidad y seguridad hasta bien avanzada su vida. Sin embargo, también fue la historia de una mujer que nunca dejó de intentarlo, nunca dejó de buscar a los suyos y querer recuperar lo que perdió.
Por otro lado, el estilo de ilustración de la autora funciona perfecto con la historia que cuenta. Son diseños en blanco y negro en los que parece notarse el trazo usado para cada dibujo. A pesar de que pueda verse sencillo, logró transmitir mucho con poco, por ejemplo, las expresiones de los personajes dentro de su simpleza eran bastante expresivas. Además, hubo ciertas escenas que eran momentos más impactantes en los que sin necesidad de retratarlos de forma explícita o decir algo, estaban llenos del dolor, la soledad y la pérdida.
Es posible que si no conocen de la historia de Corea del Sur, ciertos hechos puedan resultar confusos, pero la autora se encarga de explicar lo justo para poder seguir la trama sin perdernos. Más allá de los hechos históricos en particular que narra, en el libro hay sentimientos universales que no necesitan comprender los detalles para poder empatizar con ellos.
Finalmente, La espera es una novela gráfica que narra en dos tiempos la experiencias de las personas que tuvieron que migrar durante la guerra y que luego se vieron separadas de su familia, como también la terrible espera para poder si saber si seguían con vida décadas después.
“El frío marchita las hojas de los árboles y de las plantas, las tiñe de marrón. Sin embargo, cuanto más crudo es el invierno, más verdes lucen los pinos en el paisaje nevado.”
Autora: Keum Suk Gendry-Kim Editorial: Penguin Libros – Reservoir Books Saga/Autoconclusivo: Autoconclusivo | N° de páginas: 256 ISBN13: 9788418897771 Precio: $20.000 |
Keum Suk Gendry-Kim (Corea del Sur, 1971)-. Se licenció en Bellas Artes en la Universidad Sejong, en Seúl, y terminó su formación artística en la École Supérieure des Arts Décoratifs de Estrasburgo. Vivió diecisiete años en Francia y empezó a publicar dibujando sus primeras novelas gráficas para el mercado francés, de las que destacamos Le chant de mon père (2012) y Jiseul (2015), así como L’arbre nu (2020); también ha ilustrado numerosos libros infantiles y traducido más de cien libros. Hierba (2017) es su primer libro en coreano y el que mayor proyección internacional le ha dado, traducido a catorce idiomas y ganador del Premio Antifaz al Mejor Cómic Internacional Editado en España, entre otros prestigiosos galardones. A este han seguido Jun (2019) y La espera (2021). |