SINOPSIS: Un apasionante debut inspirado en la leyenda de Chang’e, la diosa china de la luna, donde la cruzada de una joven por liberar a su madre la llevará a medir sus fuerzas con el inmortal más poderoso del reino. Al crecer en la luna, Xingyin está acostumbrada a la soledad, sin saber que se la está ocultando del temido Emperador Celestial, que exilió a su madre por robar el elixir de la inmortalidad. Pero cuando la magia de Xingyin se manifiesta y su existencia es descubierta, se ve obligada a abandonar su hogar y dejar atrás a su madre. Sola, indefensa y asustada, se abre camino hasta el Reino Celestial, una tierra de ensueño llena de secretos. Tras ocultar su identidad, aprovecha la oportunidad de entrenar junto al hijo del Emperador, exhibiendo dotes maestras para la arquería y la magia, incluso cuando la llama de la pasión se enciende entre el príncipe y ella. Para salvar a su madre, Xingyin se embarca en una peligrosa misión, enfrentándose a criaturas legendarias y enemigos despiadados. Sin embargo, cuando la traición asoma y la magia prohibida amenaza al reino, deberá desafiar al despiadado Emperador Celestial mediante un peligroso acuerdo, debatiéndose entre perder lo único que ama y desatar el caos en el reino. |
En abril llegó a Chile la primera entrega de La hija de la diosa de la luna, una historia de fantasía juvenil que tomó como base la leyenda de Chang’e, la diosa de la luna, pero centrándose en su hija y toda la lucha para liberar a su madre de la prisión en la que está. El libro si bien tiene una segunda parte, funcionó bastante bien como historia autoconclusiva.
Xingyin lleva toda su vida en soledad solo con su madre en la luna, pero cuando su secreto esté a punto de ser descubierto se ve obligada a escapar y crear una nueva identidad. Así es como empezará a construirse una vida, una carrera y, quizá, conseguirá una forma de liberar a su madre del castigo injusto que le fue impuesto.
La historia transcurrió a lo largo de varios años, pues Xingyin pasó de ser una chica inocente sin contacto más que su madre y una cuidadora, a ser una soldado reconocida en el Reino Celestial. Es por esto que la acompañamos durante distintas etapas de su vida, el inicio protegida en la luna, su periodo como sirvienta, luego, como en el palacio Celestial y, finalmente, como una soldada. Esto hizo que el libro se sintiera más como una serie de aventuras específicas conectadas levemente por la protagonista y pequeños detalles, pero que se sentían como etapas por completo diferentes.
“Algunas cicatrices permanecen grabadas en nuestros huesos… son parte de lo que somos, y dan forma a aquello en lo que nos convertimos”
A pesar de que el libro salió con el sello adulto de Urano, fue una historia muy juvenil, tuvo una estructura sencilla y cliché de las que salían durante los años 2005-2010. Xingyin era una protagonista hermosa y talentosa pero que no lo sabía, con una personalidad distinta a las demás chicas, a ella no le interesaba tanto la ropa ni su apariencia, ella tenía otras preocupaciones, era noble y amable, no como las demás. Su narración en la que siempre destacaba el cómo las demás chicas la trataban mal sin motivo, el cómo era distinta al resto y cosas así provocó que la protagonista se volviera un poco agotadora.
El libro podría dividirse en dos partes distinguibles, aunque el libro tenga más, en la primera mitad es una historia de cómo Xingyin partió desde cero en el Reino Celestial, todo el proceso de interactuar por primera vez con otras personas y el cómo se fue definiendo a sí misma. Por otro lado, la segunda mitad tuvo más acción pues se centró en la vida de Xingyin como soldada y su periodo en el ejército. En esta segunda mitad fue cuando apareció más la trama principal del libro y, además, aquí se concentró toda la acción del libro.
Sin embargo, más allá de la trama del libro lo que realmente llevó el hilo de la historia fue el romance entre Xingyin y Liwei, el heredero del Reino Celestial. Si somos honestos, el romance fue la parte menos interesante del libro, todo resultó muy predecible y cliché, no fue un romance que disfrutáramos ni una pareja que llegara a ser memorable. De hecho, en un momento se creó un triángulo amoroso que prometía un giro maduro, pero la autora eligió el camino más predecible y conocido del mundo.
“Habría sido muy fácil sucumbir al resentimiento y al odio aquellas noches en las que el dolor era más intenso. No obstante, por mucho que amara a Liwei, me amaba más a mí misma. Y tal y como estaba descubriendo, el amor no tenía fin: era algo que crecía y se renovaba sin cesar, se expandía hasta abarcar cada nuevo horizonte. La familia. Los amigos. Y también otros amantes; ninguno de ellos iguales, pero cada uno precioso a su manera.”
Para ser un libro cuya segunda mitad tuvo toda la acción, la verdad es que el final se sintió anticlimático, pues todo se centró en estos personajes que estaban enamorados de Xingyin y en que la ayudaron por eso mismo. El cierre del libro fue más una conversación o negociación con el emperador del Reino Celestial, una especie de juego de encontrar un loop en un acuerdo que se sintió poco emocionante en comparación a todo lo que pasó antes.
Finalmente, La hija de la diosa de la luna es una novela sencilla de fantasía que retomó varios tópicos del juvenil del 2010 para contar una historia divertida con una protagonista que quizá no es la más memorable, pero con una base de mitología china interesante.
Autores: Sue Lynn Tan Editorial: Ediciones Urano – Umbriel Saga/Autoconclusivo: Duología del Reino Celestial #1 | N° de páginas: 512 ISBN13: 9788416517862 Precio: $26.900 |
Sue Lynn Tan (Malasia).- Nació en Malasia y estudió en Londres y Francia antes de asentarse en Hong Kong junto a su familia. Tan escribe novelas de fantasía inspiradas por los mitos y leyendas que aprendió a amar desde que era muy pequeña. Su afición nació gracias a un regalo de su padre, una recopilación de cuentos de hadas de todo el mundo. Fue así como descubrió la fantasía y comenzó a interesarse por el género. Tan debutó en el panorama literario con La hija de la diosa de la luna, basada en la leyenda de Chang’e, la diosa china de la luna. |