[Review de libro] La paradoja de Atlas: un libro que sigue la línea del anterior, pero amplía el mundo

Un año atrás llegó a Chile Los seis de Atlas, la famosa trilogía dark academia, y ahora es el turno de su secuela: La paradoja de Atlas. Esta secuela siguió la historia de los seleccionados para entrar a la Sociedad Alejandrina, la misteriosa biblioteca con todo el conocimiento que existe y su misterioso cuidador; Atlas Blakely. Como siempre, hablaremos con spoilers de la primera parte, pero no de esta a partir del siguiente párrafo.

Nico, Parisa, Reina, Callum y Tristan pasaron al segundo año en la Sociedad Alejandrina después de que los planes que tenían no salieran, exactamente, como lo esperaban. Ahora, después de su iniciación deberán dedicarse a un estudio propio por un año antes de poder volver al exterior. Por otro lado, Libby fue secuestrada por su exnovio y ahora debe intentar descubrir dónde está y cómo volver con los demás.

“El karma se tergiversaba de forma continua con la balanza de la justicia cuando, en realidad, era una cuestión de continuidad eterna. La rueda de la fortuna que giraba y giraba no era un asunto de un punto único arriba o abajo, sino de la ausencia de medida, la irrelevancia del tiempo. No había comienzo ni fin.
Solo había naturaleza, y magia, que no había nacido y, por lo tanto, no moría. Existía y existiría siempre. No había final para este mundo, ni comienzo, ni salvación de algo superior, ni necesidad de ello. El Olimpo estaba vacío. Los dioses ya estaban aquí.”

Si ya leyeron la primera entrega saben que estos libros si bien tienen protagonistas con poderes, la verdad es que no involucran mucha acción con ellos usándolos. De hecho, la mayor parte del tiempo solo se dedicaban a estudiar sus poderes, analizarlos, ponerlos a prueba o hacer experimentos, la aproximación a la magia en estos libros vino desde un lado mucho más académico que uno de acción.

Por ese motivo, es probable que los libros resulten aburridos o lentos para mucha gente si lo que esperaban era una trama con más acción y no decenas de conversaciones que mezclaban filosofía, física de partículas y magia. Se pueden considerar dos grandes hilos: el de los personajes en la Sociedad Alejandrina y el de Libby, el primero fue básicamente lo que les dijimos, porque, finalmente, los eventos realmente importantes del libro fueron descubrimientos que llegaron a raíz de conversaciones o debates entre los personajes, todo debido a los estudios que estaban realizando. 

“Que las cosas se desmoronaran a la mínima de cambio formaba parte de una intrincada infraestructura. La entropía era una ley, la segunda ley de la termodinámica para ser precisos, y estaba escrita en la codificación de la existencia. Animosidad humana, conciencia fundamental, seguía siendo un elemento del naturalismo y, por lo tanto, del mundo físico, pero tal vez dominar la entropía era dominar más que una regla informe de caos. Quizá fuera la posibilidad de control sobre la propia cosmología de la vida. ¿Qué conllevaría crear esa chispa de vida? ¿Controlarla? ¿Crearla o destruirla a voluntad? ¿Qué misterios del universo se podrían destapar si dejaban de asociar todas las formas de peligro con la inevitabilidad de la muerte?”

Por otro lado, el hilo que resultó más clásico y tradicional en el cómo funcionó tuvo relación con Libby. Ya al final del primer libro descubrimos que no fue asesinada, sino que su ex pareja, Ezra, la secuestró. Así que este personaje pasó todo el tiempo tratando de descubrir dónde estaba y cómo era que podía volver con los demás. Por desgracia, y aunque suene curioso, fue el hilo que menos interesante resultó como tal, nos gustaba mucho más leer las interacciones entre los demás personajes que leer todo lo que tenía que hacer Libby para poder volver. Quizá tuviera relación con que Libby, por si sola, era el personaje menos carismático y solo se volvía interesante al interactuar con otros.

Dentro de este tema, algo que nos encantó en el primer libro tuvo que ver con las personalidades de los demás personajes y el cómo funcionaban las dinámicas entre ellos. Esto se mantuvo aquí, incluso con personajes que en el primer libro no nos agradaban del todo fuimos tomándoles cierto cariño, como Callum. La tensión y desconfianza del inicio poco a poco fue transformándose en algo más cercano a la camadería, a pesar de que cada uno de ellos tenía sus propios deseos para estar ahí. Sin embargo, lo mejor fue ver las distintas dinámicas como Tristan con Nico o Reina con Callum y el cómo lidiaban con sus personalidades tan dispares.

“Aunque no era la primera vez que la acusaban de la falta de algo. Como si ella fuera una especie de vaso vacío que esperaba a llenarse. Por supuesto que sí amaba. ¿Cómo, si no, iba a estar tan llena de agujeros como este si fuera de verdad tan impermeable, tan incapaz de herir? Solo que para ella el sexo y el amor y el deseo y el afecto eran cosas distintas, algunas de las cuales necesitaba o quería, y otras no. Porque el amor, al final, no era siempre dolor, pero sí decepción diaria.”

Después de dos libros casi cien por ciento centrados en la Sociedad Alejandrina sin cambiar el entorno, el final de la trilogía prometió sacarnos de este ambiente y darnos un final por completo diferente. Además, en La paradoja de Atlas pudimos conocer nuevos personajes y nuevos posibles enemigos, lo que amplió bastante el mundo presentado hasta la fecha. Por desgracia, también en este libro se cambió por completo la percepción que se tenía de Ezra que pasó de ser un personaje del que temer a uno que fue casi patético, mientras más sabíamos de él, menos importante parecía. 

Finalmente, La paradoja de Atlas fue una secuela que siguió líneas muy similares a la primera entrega, pero presentó unos cuantos nuevos personajes y llevó los poderes de los protagonistas a otro nivel. Sin embargo, lo más interesante es la promesa que hace para una tercera entrega diferente que hace al final.

Olivie Blake -. Escritora y amante de las historias, muchas de las cuales tratan sobre temas fantásticos, paranormales o sobrenaturales, aunque no siempre. Generalmente, sus obras giran en torno a lo que significa ser humano (o no), y a las interminables e interesantes complejidades de la vida y el amor. Olivie ha sido colaboradora de ficción destacada en Witch Way Magazine, y es escritora de la serie gráfica Alpha, las antologías Fairytales of the Macabre, Midsummer Night Dreams y The Lovers Grim, y de las novelas Masters of Death, Lovely Tangled Vices, One For My Enemy, La Petite Mort, The Atlas Six y Alone With You in the Ether. Olivie vive y trabaja en Los Ángeles. Puedes conocer más sobre ella en www.olivieblake.com.